Confirmación de jóvenes de Bellcaire d’Urgell, Castellserà y Penelles

El domingo 5 de marzo, II de Cuaresma, el Arzobispo de Urgell Joan-Enric administró el sacramento de la Confirmación en la iglesia de la Virgen Asunta de Bellcaire de Urgell (La Noguera) a 24 jóvenes de las Parroquias de Bellcaire de Urgell, Castellserà y Penelles. Concelebró con el Arzobispo el Rector, Mn. Ivan David Ayala y Mn. David Codina. Estuvieron presentes los Alcaldes de los 3 municipios así como una gran cantidad de fieles que llenaron el templo parroquial de Bellcaire y las diversas Corales reunidas.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric recordó a los jóvenes confirmandos que la Cuaresma es un camino de 40 días que nos debe llevar hasta la Semana Santa y al gran Triduo Pascual donde conmemoraremos la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Un camino que debe servirnos para prepararnos espiritualmente para llegar a Pascua renovados interiormente. Mons. Vives glosó el Evangelio proclamado (Mt 17, 1-9) de la Transfiguración del Señor cuando Jesús se lleva a Pedro, Santiago y Juan a lo alto de una montaña alta y se transfigura delante de ellos. A veces hay que elevarnos, tomar altura, para superar nuestras rutinas, miedos o apatías, y ver mejor, y así podremos reanudar el camino de la vida “transfigurados”. Es necesario pedir, como decía San Ignacio, «ganas de tener ganas», a la hora de orar o mantener los compromisos adquiridos como el que los jóvenes llevaban a cabo el día de su confirmación: ser amigos y testigos de Jesús. Por eso necesitamos siempre escuchar la voz del Padre que nos dice, refiriéndose a Jesús “Este es mi Hijo, mi amado, en quien me he complacido, ¡escuchqadlo!”. Necesitamos escuchar a Jesús, en medio de tantas voces, y darle espacio y silencio acogedor para que pueda hablarnos. En este sentido el Arzobispo animó a los jóvenes a saber abstenerse en esta Cuaresma de las cosas que nos impiden “escuchar” la voz de Jesús y nos distraen de lo más importante. Y recordó cómo los 24 jóvenes confirmados recibían ese día la plenitud del Espíritu Santo, y que aquello era una auténtica noticia, que en medio de nuestro mundo, 24 jóvenes, dijeran que querían seguir el camino de Jesús y lo que implica: amar de forma concreta.

Al final de la Misa el Arzobispo regaló a los jóvenes un Nuevo Testamento y los confirmados regalaron al Arzobispo una fotografía de todo su gran grupo de catequesis y quisieron agradecer el trabajo de sus catequistas haciéndoles ofrenda de un buen ramo de flores.

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