En la grande y gozosa fiesta de la Ascensión del Señor, también tiene lugar la 54ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El Papa Francisco había previsto un Mensaje que titulaba «Para que puedas contar y grabar en la memoria (Ex 10,2). La vida se hace historia». Después vino la pandemia del coronavirus, que todo lo ha trastornado, y los Obispos de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales de la CEE han rehecho la temática y han aportado una reflexión que titulan «Los comunicadores sois garantes de esperanza ante el Covid-19». Se dirigen sobre todo a los comunicadores y periodistas que han tenido que narrar el drama mortal de esta pandemia que vivimos y que al mismo tiempo han sido ejemplos esperanzadores de entrega y solidaridad. Son un servicio y al mismo tiempo un pilar de la democracia, ya que los periodistas han sido aquellos que, con riesgo para ellos, explicaron lo que pasaba en todo el mundo y cerca de nosotros, mostrándonos el momento real que estamos vivimos. Han aportado fotografías y vídeos, entrevistas y debates, críticas y reflexiones de fondo sobre todo lo que implica esta pandemia. Sin ellos, ya que nosotros estábamos confinados en casa, habría faltado una pieza clave para nuestra libertad: la información. Por eso en este domingo rogamos por ellos y les damos gracias por su trabajo a menudo escondido pero siempre sacrificado, y que cuando se llena de valores y profesionalidad, cuando busca, investiga y revela la verdad, cuando nos acerca personas reales, nos abre la ventana del mundo y de la interpretación de lo que ocurre. Hagamos que les llegue también a ellos, como a los sanitarios y a tantos otros, nuestro respeto, admiración y agradecimiento.
En estos momentos difíciles, los medios de comunicación nos permiten conocer lo que está pasando con todos sus matices y sus complejidades, ponen en contexto las informaciones y dan respuesta a nuestras preguntas. Además, difunden las indicaciones de las autoridades competentes y ayudan a desmentir las noticias falsas y los rumores que pueden angustiar o hacer caer en la desesperación o el desorden. Su servicio es esencial para una sociedad que ama la libertad y la verdad. El Papa Francisco recordaba que la figura del periodista debe ser siempre responsable, evitando expandir la desinformación y respetando siempre la esencia de su oficio: ser «custodios de las noticias», informar, ya que en el mundo contemporáneo, el comunicador no realiza sólo un trabajo, sino que tiene una verdadera y propia misión: «tiene la tarea, en el frenesí de las noticias y en el torbellino de las primicias, de recordar que el centro de la noticia no está en la velocidad en darla y el impacto sobre las cifras de audiencia, sino las personas». Abren ventanas a la esperanza y al futuro, dan a conocer iniciativas solidarias y ofrecen a quienes están confinados en casa, múltiples posibilidades para estar conectados con el mundo, para desarrollar sus cualidades y poderse entretener y aprender, vinculándonos a la humanidad, al arte y a la cultura. Sin esta tarea de los medios de comunicación, este aislamiento sería mucho peor.
Nuestro agradecimiento por parte de todos debería traducirse en apoyo social para que los medios puedan seguir llevando a cabo su tarea ahora y en el futuro, que se presenta difícil. ¡Que reciban nuestra consideración, respeto y ánimo, con nuestra intercesión! Entre todos sumaremos el esfuerzo de cada uno por construir un tiempo nuevo, lleno de valores, y con un estilo de vida mucho más sencillo y fraterno.
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