El viernes día 22 se hizo presente el Arzobispo Joan-Enric para cerrar la tanda. Presidió la Eucaristía en la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro y animó a los sacerdotes que habían realizado toda la semana de ejercicios a sentirse urgidos por el Señor a continuar su misión apostólica, renovados después de unos días de reencontrarse en la amistad profunda y personal con Jesús. El Arzobispo exhortó a los sacerdotes a sentirse sostenidos en su ministerio pastoral gracias a la oración y la estima de tantos y tantos fieles del Pueblo de Dios que los valoran y aman y que tienen un presbítero como modelo y referencia en momentos significativos de su vida. Exhortó a los presbíteros a orar intensamente por el Santo Padre Francisco que por entonces tenía en Roma el encuentro para la protección de los menores con todos los Presidentes de las Conferencias episcopales y animó a los sacerdotes a sentirse queridos y valores en su ministerio y que la Iglesia debe ser siempre un lugar seguro, donde todos los niños jóvenes se sientan protegidos y queridos.
Al final de la misa les impartió la bendición enriquecida con la indulgencia plenaria.
Una comida de hermandad en la Casa de espiritualidad del Sto. Cristo de Balaguer con un diálogo entre el Arzobispo y los sacerdotes ejercitantes y el agradecimiento sincero al Predicador de los ejercicios, Mn. Salvador Santana, concluyeron estos días de renovación espiritual.
