Ceniza de conversión, ayuno y oración

Los Obispos de Cataluña queremos que este próximo miércoles día 6, Miércoles de Ceniza, cuando comienza la Cuaresma, tiempo de conversión, roguemos y ayunemos de una manera especial por las víctimas de los abusos y hacemos nuestra la firme determinación del Papa Francisco que señala que «el abuso sexual es un pecado horrible, completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia nos enseñan» (09/21/17). Conviene tener presente la Nota de los Obispos de Cataluña «sobre la protección de los menores», del día 12 de febrero.

A todos nos toca esta sacudida de conciencias, que nos llena de vergüenza y de dolor, por las noticias referidas a abusos de menores, ya que algunos de los agresores eran personas consagradas o sacerdotes. Los abusos a menores tienen lugar sobre todo en las familias (80%), y también en proporción menor (17%) en los centros educativos y médicos, y aún más pequeño (3%) en las instituciones religiosas. Lo condenamos rotundamente así como la cultura que los fomenta o justifica. Es un grave problema que afecta a toda la sociedad, y la Iglesia, como parte de la sociedad, también se ve afectada. El problema es que algunos medios de comunicación y algunas autoridades focalizan sólo lo que pueda referirse a la Iglesia. ¿Buscan nuestro descrédito? Debemos aceptar esta confusión, y pedir perdón por los hermanos que han pecado y han realizado actos delictivos. Hay que hacer limpieza y será largo y muy duro para todos. Nos solidarizamos con el dolor de las víctimas, y pedimos perdón también a todas las personas a las que el conocimiento de estos hechos ha escandalizado y ha hecho tambalear su confianza en la Iglesia.

En esta Cuaresma, sufrimos y rogamos por las víctimas. Los Obispos queremos colaborar en el esclarecimiento de los hechos del pasado y encontrar la manera de ayudar a las víctimas en su restablecimiento. Habrá que actuar con determinación para proteger a los niños y los adultos vulnerables, eliminando todo tipo de tolerancia o encubrimiento, y para erradicar de nuestras comunidades y de toda nuestra sociedad la cultura permisiva del abuso sexual, económico, de poder y de conciencia. Y sobre todo lo importante es adoptar rigurosas medidas de prevención, que impidan su repetición, a partir de la formación de aquellos a quienes les serán confiadas tareas de responsabilidad y educativas, sean laicos o consagrados.

Con todo, los Obispos creemos que es justo valorar la dedicación generosa y madura de tantos sacerdotes y religiosos, de educadores en las escuelas y el tiempo libre, para con los niños y jóvenes, y sus familias, y conviene que los defendamos de toda sombra de sospechas generalizadas. Mucho trabajo bien hecho así lo avala. Y también no podemos menospreciar el derecho que toda persona tiene a la presunción de inocencia.

El cumplimiento de la legislación vigente, canónica y civil, pasa por poner en conocimiento del Ministerio Fiscal los hechos ocurridos que pudieran constituir delito contra la libertad e indemnidad sexual, para la valoración jurídica que corresponda; instar a las víctimas a que denuncien los hechos ante las autoridades civiles; e informar a la Congregación para la Doctrina de la Fe para cualquier caso de abuso fundamentado. Y pondremos en práctica lo que el Papa Francisco con los Presidentes de las Conferencias episcopales quiera ir determinando para combatir estas acciones deshonestas y delictivas que tanto afectan el anuncio del Evangelio.

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