Celebración de la 13ª Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud

La 13ª Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud se celebró el sábado 17 de marzo con el acento puesto en el acompañamiento de los familiares de personas enfermas. Mons. Salvador Cristau, Obispo auxiliar de Terrassa, dictó una conferencia sobre esta cuestión que llevó por título «Acompañar a las familias en la enfermedad», que es justamente el lema de la Pastoral de la Salud de las Diócesis de Cataluña de este año.

La Jornada se llevó a cabo en el Seminario Diocesano de Urgell, en La Seu d’Urgell. Comenzó con la oración inicial y el saludo de Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo de Urgell, junto con la Delegada de Pastoral de la Salud de Urgell, Hna. Visitación Lorenzo, religiosa de la Sagrada Familia de Urgell.

El Arzobispo Joan-Enric dio la bienvenida a los asistentes y dirigió la oración iniciar leyendo la Parábola del Buen Samaritano, poniéndola de ejemplo de lo que debe ser la práctica de la compasión y el apoyo a quienes nos necesitan, apuntando que hay gente que se quita los problemas de encima y que, nosotros, los cristianos, no somos así. Para nosotros, el enfermo y su familia son muy importantes. Sobre todo, para que la familia participa en las necesidades del enfermo y puede acabar enfermando también ella porque participa de los sufrimientos de los enfermo. Mons. Vives explicó que Jesús es el Buen Samaritano que se compadece de toda la humanidad enferma y alentó a los agentes pastorales que trabajan en las residencias, los hospitales, o visitan las familias con enfermos, a ser reflejo del Buen Samaritano que tiene una especial predilección por los que sufren.

La Delegada, Hna. Visitación Lorenzo, también quiso agradecer la disponibilidad de Mons. Cristau para participar en la Jornada y la de todos los presentes, más de 100 personas de todo el Obispado, miembros de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes, agentes de pastoral de la salud, voluntarios en el ámbito sanitario, etc.

Mons. Cristau glosó el contenido el mensaje del Santo Padre Francisco a los enfermos y todos los que sufren, glosando de manera muy didáctica. Este año, el Santo Padre se inspira en las palabras que Jesús, desde la Cruz, dirige a su Madre María y a Juan: «Aquí tienes a tu hijo… Aqui tienes tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19, 26-27). Mons. Cristau fue desgranando diversos aspectos del mensaje de Jesús, señalando la propuesta que nos hace de la importancia de la compasión por el sufrimiento de los demás. Explicó que estas palabras «son el inicio de un camino nuevo en la vida de María, le encomienda velar por el discípulo y de acogerlo en su corazón, con una vocación de maternidad que se extiende a toda la Iglesia y también a toda la humanidad». También que «a través del discípulo Juan, nos encomienda a nosotros cuidar de nuestros hermanos».

El ponente explicó, en una segunda parte, algunas claves para el acompañamiento de las familias de los enfermos. Para él, las delegaciones de la pastoral de la salud son muy importantes en el acompañamiento y la atención a los enfermos y los ancianos. Los voluntarios y agentes de la Pastoral de la Salud son presencia del Amor de Dios en el mundo de la enfermedad y del sufrimiento. Por eso en la acción pastoral hay que considerar y atender al mismo tiempo a la familia, que también sufre al tener una persona enferma en su entono y que, a veces, no sabe cómo cómo tratarlos o si lo hace bastante bien. La presencia afectiva y efectiva de las personas queridas junto al enfermo es terapéutica, pero también las familias tienen mucha necesidad de acompañamiento y orientación en la situación de crisis y dolor que viven.

En este sentido, Mons. Cristau habló de cómo los agentes y voluntarios -dentro de sus posibilidades- deben apoyar y ayudar a gestionar los conflictos y desequilibrios emotivos que surgen en el seno de las familias de los enfermos.

Mons. Salvador Cristau, respondió y participó en un enriquecedor diálogo con los asistentes. La jornada terminó con la oración del Ángelus y una comida compartida en la Residencia de la Sagrada Familia, con los integrantes del Consejo de Pastoral, que también se habían reunido ese día.

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