El domingo 24 de noviembre se celebró la festividad de Cristo Rey en la Parroquia de Agramunt. En la misa del mediodía las religiosas Hijas de Cristo Rey (fundadas por el venerable Mn. Josep Gras, nacido en Agramunt 1834-1918) renovaron sus votos de religiosas, recordando su compromiso de vida consagrada y de servicio a la Iglesia. Durante la semana también organizaron un Triduo de Adoración al Santísimo, antes de la celebración de la misa y con la participación de un grupito de fieles.
La misa fue presidida por Mn. Jaume Mayoral y acolito el Hno. Joaquín Cifuentes de los Hermanos de la Cruz Blanca, y los cantos fue interpretados por el Coro Parroquial. Al final de la Eucaristía las hermanas Mª Ángeles Gutiérrez, Ángeles Hernández y Mari Tejero agradecieron la buena acogida que han tenido desde su llegada a Agramunt, hace siete años. En estos años han acompañado pastoralmente a los pueblos de la Ribera del Sió y algunos de sus habitantes vino a compartirlo a la celebración eucarística.
Al finalizar la Misa el Coro Parroquial ofreció un breve concierto para celebrar la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música, cuyo repertorio le gusta mucho a los asistentes. Hubo tiempo para felicitar a Marc Serra, que colabora asiduamente en la parroquia haciendo de monaguillo y que hacía pocos días que había cumplido años, y para continuar el sentido festivo la Comunidad de Religiosas de Cristo Rey ofrecieron coca y moscatel para compartir con todos.
Por la tarde de aquel domingo el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, acompañado del Vicario General, Mn. Ignasi Navarri, se hizo presente en la Parroquia y pudo saludar a las Religiosas Hijas de Cristo Rey. Juntos pudieron compatir un bonito diálogo y aprovecharon para visitar la casa natal del Venerable Mn. Josep Gras que había sido recientemente adquirida por las Religiosas Hijas de Cristo Rey, y conocida por “Cal Tarill”. Esta adquisición de la casa natal se considera una muestra de cariño hacia Mn. Josep Gras y se continúa con el compromiso de difundir su figura y su obra, con la esperanza de verle glorificado como testigo de santidad en la Iglesia.