El domingo 1 de octubre, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives, se hizo presente en los actos para conmemorar los 40 años (1982) de la residencia geriátrica St. Domènec de Balaguer (Noguera) que se cumplieron el año pasado 2022, pero que habían quedado postergados hasta la estabilización de la pandemia. A su llegada fue recibido por el Presidente de la Junta Directiva de la Asociación “Residencia Geriátrica Sant Domènec de Balaguer”, Sr. Jaume Camarasa y por miembros de la Junta Directiva de la residencia. La asociación gestiona la residencia, que cuenta actualmente con más de 800 socios.
El acto central de la jornada fue la celebración de la Eucaristía dominical en la iglesia de Sant Domènec, junto a la residencia, a la que asistieron una gran cantidad de fieles: los residentes que llenaban el templo, los familiares, los trabajadores, los voluntarios y colaboradores, y las personas que a lo largo de los 40 años han formado parte de la residencia en un día gozoso y festivo para todos ellos, después de los momentos difíciles vividos durante de la pandemia. Entre los presentes estaba la Paera en Cap de Balaguer, Ilma. Sra. Lorena González Dios y representantes de diversas instituciones políticas, sociales, culturales y económicas.
La Misa fue concelebrada por el Rector de Balaguer y Arcipreste de Noguera, Mn. Jordi Profitós; por Mn. Jaume Tarragó, residente en la residencia; por Mn. David Codina y por el P. Fabian Cabarcas. Solemnizó la celebración el Orfeó Balaguerí con sus cantos y el acompañamiento musical al piano de Marta Mesalles.
En su homilía el Arzobispo Joan-Enric invitó a agradecer a Dios los 40 años de servicio ininterrumpido de la residencia, destacando y valorando la labor de todas las personas e Instituciones que a lo largo de estos años, han ayudado a la asociación, ya sea colaborando con aportaciones económicas, de voluntariado, formando parte de las diferentes Juntas Directivas o participando con actividades culturales y de ocio. Fue en 1982 cuando, gracias al esfuerzo continuado de la Junta del Patronato, la buena voluntad del Obispado de Urgell, el apoyo económico de “La Caixa”, sin olvidar importantes donativos particulares y la buena predisposición por parte de la Generalitat, que el 17 de octubre de 1982, se inauguraba la residencia. El Arzobispo destacó cómo la implicación y la tenacidad de los laicos católicos hizo posible aquella iniciativa de servicio social, que surgió de la base de los laicos que vieron una necesidad como era equipar a Balaguer de un centro residencial para las personas mayores y no esperaron sino que se comprometieron con sus fuerzas para hacer realidad esa iniciativa. Mons. Vives quiso agradecer especialmente el trabajo desinteresado y altruista de la Junta Directiva de la Asociación, los actuales y los pasados, ya que sin su esfuerzo y compromiso, no sería posible llevarlo a cabo. También quiso tener unas palabras de calidez y de estimación por los abuelos y abuelas, por los residentes, por los familiares, recordando cómo todas las residencias, también la de Sant Domènec, tuvieron una prueba de esfuerzo con la pandemia y cómo el trabajo e implicación de los trabajadores, voluntarios, residentes y familiares, permitió superar aquellos momentos de prueba con la terrible pandemia, y gracias a Dios podíamos volver a reunirnos y abrazarnos.
Glosando las lecturas de la Palabra de Dios proclamadas en ese domingo el Arzobispo destacó cómo siempre nos podemos convertir, mejorar, volver a Dios y que lo importante no es lo que decimos con los labios sino nuestras obras. Necesitamos “ir a trabajar a la viña del Señor” y no sólo decir que iremos sino ir de verdad. Por eso el Arzobispo animó a los fieles a ser comprometidos y perseverar en la fe sin desfallecer. Finalmente quiso hacer una oración especial pidiendo el don de la lluvia tan necesaria y reclamó, tal y como lo pide el Papa Francisco, un uso responsable del agua y cuidar el planeta sin desperdicio de recursos naturales. Al ser el día 1 de octubre hizo mención de lo que los obispos de Cataluña han recordado recientemente en una Nota, y cómo la Iglesia debe favorecer la igualdad, la cordialidad, el diálogo y el trabajo para hacer una sociedad nueva y buena, y que diálogo y medidas de gracia pueden ayudar a la reconciliación y la paz. Igualmente pidió oraciones por el Sínodo que comienza el día 4 en Roma.
Al término de la Misa tuvo lugar el homenaje a las personas que a lo largo de estos 40 años han aportado su esfuerzo por el buen funcionamiento de la residencia con la entrega de una placa conmemorativa de agradecimiento. Entre ellos, el Arzobispo Joan-Enric, recibió una como representante del Obispado de Urgell, con aprecio y gratitud hacia el Obispado de Urgell por su colaboración fundamental en la fundación de este servicio residencial, ya que permitió la adquisición de los edificios y terrenos donde se construyó la residencia, tal y como lo recuerdan los Estatutos de la Asociación.
A continuación, se inauguró la exposición fotográfica «40 años de compromiso y calidad» en el Claustro de Sant Domènec, que recoge la historia de la residencia. Un aperitivo para todos los asistentes en la plaza de Sant Domènec y en la terraza del centro conlcuyó la gozosa celebración.