13 laicos y laicas reciben los ministerios de lector y acólito en la Catedral

El Papa Francisco, a través de su carta apostólica en forma de Motu Proprio “Spiritus Dominio”, del día 11 de enero de 2021, modificó el Código de Derecho Canónico de modo que hombres y mujeres “pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito”. Son ministerios laicales estables, al servicio de la comunidad e instituidos por el obispo diocesano, mediante el rito litúrgico propio.

En la Diócesis de Urgell, desde febrero de 2023, un grupo de 13 laicos y consagrados, llamados por el sr. Arzobispo con los Rectores de sus parroquias, empezaron una formación mensual, acompañados por Mn. Antoni Elvira y el propio Arzobispo, para recibir estos ministerios de lector y acólito. Estos animadores pastorales, a modo de un equipo, se han preparado en el Arte de la celebración y fidelidad a Dios y a la Iglesia en su animación litúrgica y pastoral.

El día 14 de abril de 2024 en la Santa Iglesia Catedral de La Seu d’Urgell, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives, instituyó a estos 13 candidatos en el lectorado y el acolitado, a través del rito litúrgico prescrito, en una celebración que llenó de gozo toda la Diócesis de Urgell y especialmente a las Parroquias de origen de los candidatos y a sus familias. Son 8 mujeres y 5 varones.

En su homilía, el Arzobispo Joan Enric comentó las lecturas del domingo 3º de Pascua con la elección de los diáconos (Hch 6,1ss.) como primera lectura. Insistió en que Cristo quita el miedo y da la Paz a los discípulos reunidos en el Cenáculo. Hoy la da a nuestro mundo de nuevo. Y nos hace testimonios de su presencia y de la nueva vida de la Resurrección. El encuentro con el Resucitado nos hace “testimonios” de lo que hemos visto y oído. Y nos otorga a todos por el bautismo y la confirmación una misión: todos somos discípulos como dice la lectura de Hch 6.

Deberemos hacer llegar la vida nueva, el amor del Reino, a los pueblos y parroquias del Obispado y responder a las necesidades. Son animadores pastorales con unos signos externos: el amanecer, la cruz impuesta por el Arzobispo, la Biblia entregada y el pixis para llevar la comunión a los enfermos. No es un premio, ni están por encima de sus hermanos bautizados: «quien quiera ser mayor entre vosotros, que se haga el servidor de todos, como el Hijo del Hombre, que no ha venido a ser servido sino a servir».

Se ha realizado un discernimiento pastoral y comunitario, se ha consultado a quienes corresponde y se han elegido a estas 13 personas que han sido instituidas en el ministerio de Lector y Acólito.

Los fieles laicos por el bautismo y la confirmación han sido asociados a Cristo, llenados del Espíritu Santo, y han sido llamados por el Señor para una misión a favor de la Iglesia y del mundo. Con la bendición recibida se les da un reconocimiento y un mandato público del obispo, haciendo efectiva en la Iglesia la participación sinodal de todos en la obra de la evangelización, como recalca el Papa Francisco.

Se trata de un servicio litúrgico importante para la Iglesia que trasciende la celebración y conlleva su propia espiritualidad, que se concreta en una determinada forma de vivir: siempre aprendiendo del servicio litúrgico de la Palabra de Dios para hacer vida ésta Palabra, y del servicio litúrgico del altar, a vivir el testimonio y la entrega en lo cotidiano especialmente amando y haciendo amar la Eucaristía.

Este grupo de animadores pastorales podrán presidir celebraciones dominicales en ausencia/espera de presbítero de acuerdo con los Rectores, así como otros servicios en las parroquias como Cáritas, catequesis, atención a los enfermos y a los necesitados.

 

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