Los dos sacerdotes, el P. Antonio Fernández de Ciudad Real y el P. Jorge López de Burgos, que durante la semana realizan divulgación en las parroquias y en las escuelas de la diócesis sobre su labor como misioneros en la República Dominicana y en Zambia, se reunieron con el Obispo de Urgell, Mons. Josep-Lluís Serrano, la mañana del miércoles 22 de octubre en la Casa del Obispado, en La Seu d’Urgell. Durante el encuentro, compartieron con Mons. Serrano su experiencia y la pasión por la misión. También asistió la subdelegada de misiones, Sra. Cristina Ribot o.v. Por la mañana, antes de la reunión, visitaron el Museo Diocesano de Urgell.
La Curia diocesana urgelitana pudo conocer de primera mano a ambos sacerdotes y su trabajo. El P. Jorge recordó la figura de Mons. Joan Benlloch i Vivó, Obispo de Urgell (1907 – 1919), quien, al ser destinado a Burgos como Cardenal, sentó los fundamentos de lo que acabaría siendo el germen del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME) gracias a una carta del papa Benedicto XV y con la implicación de los obispos españoles. Desde entonces, explicó, más de 500 sacerdotes de todas las zonas de España han sido enviados a América, África y Asia. Hoy el IEME está presente en 15 países, y aunque el número de misioneros se ha reducido, su labor sigue viva. Compartió también su experiencia personal como misionero en Zambia, asegurando que “es una experiencia preciosa que te marca y te enriquece humanamente, como cristiano y como sacerdote. Vas dejando que su vida te cale, y eso te transforma.”
A continuación, el P. Antonio tomó la palabra para explicar su experiencia. A pesar del deseo inicial de ir a la misión, tuvo que esperar diez años tras su ordenación para incorporarse al IEME. Su primer destino fue la República Dominicana, experiencia que recuerda con gran afecto, y donde tuvo ocasión de conocer al misionero de nuestra diócesis, Mn. Jordi Coll, quien trabajó durante mucho tiempo en la República Dominicana, creando un diccionario entre el criollo y el castellano para facilitar la comunicación y la catequesis. Hijo de Ivars d’Urgell, Mn. Coll regresó a la diócesis en 1998, donde fue Rector del Seminario Diocesano de Urgell y Rector de varias parroquias del Alt Urgell, y es recordado por quienes lo conocieron como un hombre sabio, bueno y profundamente entregado a Dios. Gracias al apoyo de Mn. Jordi Coll, el P. Antonio pudo introducirse mejor en las parroquias que le habían sido asignadas, donde había haitianos, comenzando con cantos y posteriormente con la Palabra, y formando pequeñas comunidades cristianas. También subrayó la presencia de misioneros laicos, con quienes se compartía la vida y la fe. “Es muy importante —añadió— que las comunidades amplíen su vida de Iglesia: que recen, que vivan en comunidad y que conozcan la Palabra de Dios.” También agradeció el apoyo de la Diócesis de Urgell, que permite mostrar allí la solidaridad y la comunión que nacen de nuestras iglesias locales.
Para concluir el encuentro, el Obispo Josep-Lluís agradeció a la familia de Mn. Coll la iniciativa de recuperar y dar a conocer mejor su historia como misionero urgelitano, así como el homenaje que le están dedicando mediante una exposición en la casa familiar de Ivars d’Urgell. El obispo expresó su agradecimiento por la visita de los misioneros, por haber “mostrado la frescura del Evangelio y por habernos invitado a abrirnos a un Dios que nos hace hombres y mujeres capaces de generar vida.”