El órgano de la Catedral de Santa María de Urgell volvió a sonar con todo su esplendor en el acto de inauguración y bendición de la restauración que se llevó a cabo el sábado 20 de septiembre, en La Seu d’Urgell, presidido por el Obispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Josep-Lluís Serrano, y al que asistieron numerosas personalidades y fieles que llenaron por completo el templo. Los parlamentos abrieron el acto, dando paso al rito de bendición, y posteriormente se pudo escuchar la gran capacidad sonora y armónica del instrumento, único en Cataluña en su categoría, en un concierto a cargo de Miquel González, organista invitado y actual titular de la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de Barcelona.
El acto contó con la asistencia de numerosas autoridades eclesiásticas y civiles, encabezadas por Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo-Obispo emérito de Urgell; Mons. Romà Casanova, Obispo de Vic; Mons. Valentí Miserachs, Canónigo de Santa María la Mayor de Roma; los Vicarios Generales, Mn. Josep M. Mauri y Mn. Ignasi Navarri; el Rector de la Parroquia de Sant Ot y el Cabildo Catedral.
Las autoridades civiles estaban encabezadas por el Alcalde de la ciudad, Ilmo. Sr. Joan Barrera; la Ministra de Cultura del Gobierno de Andorra, M. I. Sra. Mònica Bonell; el Cónsul Mayor de Canillo, Hble. Sr. Jordi Alcobé; la Directora Territorial de Cultura de la Generalitat en el Alt Pirineu y Aran, Ilma. Sra. Iolanda Ferran; el Vicepresidente cuarto de la Diputación de Girona, Ilmo. Sr. Jordi Camps; el Embajador de Andorra ante la Santa Sede, Excmo. Sr. Carles Álvarez; el Ministro Consejero de la Embajada de España en Andorra, Sr. Javier Benosa; la Presidenta del Consejo Comarcal del Alt Urgell, Ilma. Sra. Josefina Lladós; y la Directora del IDAPA.
Mons. Josep Lluís Serrano destacó en su discurso el pensamiento de Martin Heidegger, filósofo alemán del siglo XX, “como un vuelo especulativo en el que utilizamos dos alas. De hecho, en una carta a su esposa escribió: ‘Llamo al eros, el más antiguo de los dioses, en palabras de Parménides. El batir de las alas de este dios me conmueve cada vez que doy un paso hacia lo esencial en el pensamiento y me aventuro en lo intransitable’”. Y añadió: “Hoy nos encontramos en este día precisamente porque gracias a esta restauración, después de 125 años, nuestro órgano, fabricado por el maestro D. Lope Alberdi Recalde, volverá a resonar con sus 24 registros y 1479 tubos y nos adentrará en lo que el filósofo alemán llama ‘lo intransitable’”.
El discurso del Obispo Josep-Lluís cerró el turno de intervenciones de la inauguración, abierta por el Deán del Cabildo Catedral, Mn. Benigne Marquès, quien agradeció los esfuerzos y la determinación de Mons. Vives y del Cabildo al llevar adelante esta restauración, en la que se han dedicado dos años de trabajos. También intervinieron el Alcalde de la ciudad y la Directora Territorial de Cultura de la Generalitat en el Alt Pirineu y Aran, que subrayaron la importancia del instrumento para el patrimonio de todos los pirenaicos y, especialmente, de los de La Seu d’Urgell. Además, destacaron el esfuerzo de quienes evitaron que sufriera los estragos de la Guerra Civil y del paso del tiempo, y valoraron la colaboración de todos los que hicieron posible que hoy pueda escucharse en todo su esplendor.
Después se llevó a cabo el acto de bendición, presidido por Mons. Serrano, en el que participaron los miembros del Cabildo Catedral. Tras la monición de entrada, se proclamó la Palabra de Dios (Col 3, 12-17), se rezó el salmo responsorial y se hicieron tres preces, respondidas por el órgano con piezas de gran intensidad interpretadas por Mn. Jordi Miquel, Canónigo-Organista de la Catedral de Santa María, que acompañó toda la celebración de la bendición. La oración de bendición, solemne, recitada por Mons. Serrano, fue seguida por el momento significativo del incienso al instrumento, a los pies del órgano, en el que también participaron Mons. Vives y Mons. Casanova, así como todos los canónigos de la Catedral.
Finalmente, al concluir, se pudo escuchar el concierto de Miquel González, con un programa de piezas de Widor, Willan, Schumann, Franck, Mompou y Civil, que fue muy aplaudido. El concierto terminó con el Virolai, que hizo que toda la Catedral se uniera al canto en una sola voz junto al órgano, dirigidos por Lluís Obiols, quien también había dirigido los cantos durante el acto de bendición. Un prolongado aplauso envolvió la Catedral al finalizar, en un momento muy emotivo