La novena edición de las Jornadas de reflexión educativa en La Seu d’Urgell y Andorra organizadas por el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Cataluña, se celebró entre los días 8 y 9 de noviembre, con la colaboración del Obispado de Urgell, el Ayuntamiento de la Seu d’Urgell, el Ministerio de Educación y Enseñanza Superior del Gobierno del Principado de Andorra y la Caixa d’Enginyers de Cataluña.
El viernes 8 de noviembre se llevó a cabo el acto de inauguración en el salón de actos del Seminario Diocesano de Urgell, conducido por el Vicedecano del Colegio Sr. Jacint Bassó, y a la que asistieron el Obispo Coadjutor, Mons. Josep Lluís Serrano y el Alcalde de La Seu d’Urgell Ilmo. Sr. Joan Barrera.
Intervinieron el Decano del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en filosofía y letras y en ciencias de Cataluña, Sr. Àlex Rocas; la Teniente de Alcalde de La Seu d’Urgell, Sra. Cristina Moreno; el Ministro de Relaciones Institucionales y Educación del Principado de Andorra, M.I. Sr. Ladislau Baró; el representante de la Caixa d’Enginyers, Sr. Eduard Barcons, y la Directora general de Innovación, Digitalización y Currículum del Departamento de Educación y FP de la Generalitat, Ilma. Sra. Mercedes Andreu.
Las Jornadas de este año abordaron el tema “Bienestar y aprendizaje”, para profundizar y crear un espacio de reflexión sobre cómo hacer una buena gestión del aula que permita un buen desarrollo del trabajo curricular y, al mismo tiempo, fomente el bienestar de los participantes, alumnos y docentes, creando espacios de clima agradable para los docentes y alumnos.
Como se puso de relieve en los parlamentos iniciales, toda acción educativa pide una gestión de la tarea, normalmente a cargo de un docente o un equipo de docentes; a su vez, esta acción la desarrollan una serie de alumnos. La relación que se establece entre quien gestiona y quien desarrolla la acción puede moverse en medio de la tensión y hay que pensar las estrategias y actitudes necesarias para que el objetivo que se persigue se consiga de la mejor manera posible.
En su intervención, durante el discurso de bienvenida, el Arzobispo y Copríncipe, Mons. Vives, señaló que el valor fundamental de la educación no sólo es transmitir conocimiento, sino que ayuda a construir una sociedad empática, rica y resiliente. La educación nos proporciona herramientas para comprender el mundo y ser parte activa de su transformación. Con ella aprendemos a ejercitar el pensamiento crítico y la capacidad de colaborar con los demás. Así, la experiencia docente es clave en el crecimiento de las personas, los alumnos y sus familias. Mons. Vives apuntó que la experiencia emocional de los docentes puede verse afectada por la complejidad de su tarea, pero añadió que cuando el docente se siente valorado y estimulado, su capacidad para conectar con los jóvenes se multiplica y se hace mayor. Por eso consideró que la educación adquiere un valor importante en el desarrollo de la sociedad.
El Arzobispo Joan-Enric explicó a los asistentes que el espacio que les acogía, la antigua aula del Seminario Mayor, formaba parte del edificio neorrománico que construyó el Obispo de Urgell Mons. Josep Caixal, cumple 164 años, que fue pensado también para dotar de cultura al Pirineo. Los 300 seminaristas que acogió, no todos terminaron siendo sacerdotes y él lo sabía; pero a través de él, pudieron llegar a otras ramas del saber y repartieron la cultura y el bienestar en muchos pueblos de la comarca y del Pirineo.
Puso en valor la colaboración con el Colegio, remarcando la satisfacción de ser cuna de conocimiento, porque la diócesis de Urgell quiere ser una comunidad cristiana abierta y transparente, que valora la generosidad de los docentes en muchos ámbitos de la cultura, la ciencia, la investigación; y especialmente la decisión del Colegio de establecer con esta comunidad en el Pirineo, un diálogo para crear bienestar y riqueza.
La ponencia inaugural corrió a cargo de Marc Clarà, profesor agregado en el área de Psicología Evolutiva y de la Educación, en la Universidad de Lleida, que habló de lo que implica la naturaleza de la tarea docente: a menudo trabajar en situaciones de adversidad, que tienen un impacto emocional en el docente que las trabaja. Estas situaciones de adversidad, sin embargo, pueden convertirse en oportunidades importantes para el desarrollo profesional docente. Clarà argumentó que práctica docente y experiencia emocional son dos caras de la misma moneda, dos aspectos complementarios de la relación entre un docente y una situación profesional. También consideró que tanto la naturaleza de la práctica docente como la de la experiencia emocional depende profundamente del significado que el docente atribuye a la situación en la que trabaja, y que ese significado tiene forma narrativa. Y, finalmente, argumentó que este significado se construye socialmente, y que su modificación, especialmente impulsada por el apoyo social, puede mejorar la experiencia emocional y la práctica docente.