Acojamos al nuevo Obispo Coadjutor

Acabo de cumplir mis 75 años de vida, y en septiembre hará 50 que soy presbítero, y 31 que soy obispo. En 2001 llegué a Urgell como Obispo Coadjutor del Arzobispo Joan Martí, al que sucedí más tarde como Obispo titular de Urgell y Copríncipe de Andorra. Este año se cumplen muchos aniversarios que me invitan a la acción de gracias a Dios por sus grandes dones y su misericordia hacia mí, y también agradecimiento por todos los que me han acompañado y a los que he procurado servir para que el Señor sea conocido, amado y seguido con fidelidad.

El Concilio Vaticano II dispuso que, al cumplir 75 años, los Obispos pongamos nuestro ministerio en manos del Papa para que sea libre de aceptarnos la jubilación y nombrarnos un sucesor. Y así ha ocurrido en Urgell: el pasado día 12 de julio el Santo Padre nombró Obispo Coadjutor de Urgell Mons. Josep-Lluís Serrano Pentinat, de 47 años, nacido en Tivissa (Tarragona), en la Diócesis hermana de Tortosa, para que venga a ayudarme en el ministerio episcopal en la Diócesis de Urgell, y para que cuando el Papa lo decida, me suceda como Obispo y Copríncipe de Andorra. Ahora trabajaremos en comunión, complementándonos, viviremos juntos y nos comunicaremos las cosas y los criterios para mejor servir la Diócesis y Andorra. Así lo aprendí a hacer yo con el arzobispo Joan Martí i Alanis cuando llegué entre vosotros en 2001, y así lo intentaremos hacer ahora con el obispo Josep-Lluís, con la colaboración de los presbíteros y diáconos, de los consagrados y de los laicos y laicas de la Diócesis. Entre todos, sinodalmente, estamos llamados a ser la Iglesia santa de Jesucristo, que anuncia su Palabra, santifica y acompaña a los fieles, y ama con el amor que nos viene de Dios y la autoridad del servicio realizado con humildad y entrega. Empezamos, por tanto, una nueva etapa de colaboración entre los dos obispos, siempre para evangelizar y servir, para amar a imagen de Cristo el Buen Pastor. Ayudadnos con la oración, el consejo y el compromiso de todos. Es una nueva etapa para toda la Diócesis, que seguro que nos renovará y hará crecer. Todos necesitaremos aceptación y respeto de opiniones, decisiones y maneras de hacer, siempre con generosidad para ofrecer apoyo y atención cariñosa a la persona que llega, comprendiendo sus anhelos y forma de ser y de hacer. Amar y acoger de verdad, con alegría y desprendimiento.

Para mí también comienza una nueva etapa vital y el aprendizaje de dejar paso al nuevo Obispo, a saber disminuir para que los demás crezcan, y a hacer equipo aportando la oración y la experiencia, que son virtudes fundamentales para una comunión efectiva y una colaboración armoniosa. Ayudemos todos al Obispo coadjutor Josep-Lluís para que se encuentre bien entre nosotros y nos dé la gracia renovadora de su episcopado. En cada época el Señor nos ayuda de formas distintas, y nos hace crecer con su amor. Es necesario que él crezca y que yo disminuya, decía el Bautista, que es un gran referente para mí, pues tengo por lema episcopal sus palabras “irás a preparar los caminos del Señor”. Con humildad, sin buscar protagonismos, acogiendo las propias limitaciones y viendo las áreas donde él podrá sobresalir mejor, velaremos por vosotros. Siempre y todos, debemos confiar en las capacidades del otro y darle el apoyo necesario para llevar a cabo su bella misión: ser entre nosotros presencia viva de Cristo, el Buen Pastor. Seamos todos colaboradores del nuevo obispo coadjutor, llamado a sucederme en el ministerio episcopal en Urgell. El Señor nos ayudará a ser fieles y a estar abiertos a las novedades que Dios quiera para nuestra Diócesis y su entrega al anuncio del Evangelio.

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