El día 2 de julio tuvo lugar la tradicional Romería de la Virgen de Montgarri, o “La Pregària” de Montgarri, que año tras año reúne a los devotos y fieles de la Virgen María del Valle de Arán, los Pallars, la Ribagorza y Ariège-Cuserans. Fue presididao por el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives que estuvo acompañado por el Arcipreste de la Val d’Aran, Mn. Pere Balagué, y por Mn. Gabriel Casanova, Rector del Seminario de Urgell y por los diáconos recién ordenados Mn. Edinson-Josep Salas y Mn. Gilbert Bea. También asistieron el Rector del Seminario Mayor Interdiocesano, Mn. Pere Oliva, y otros sacerdotes, así como los seminaristas.
Asistieron las Autoridades encabezadas por el Alcalde de Naut Aran, Ilmo. Sr. Cèsar Ruiz-Canela; el Magnífic Sr. Consejero de Agricultura y Ganadería del Conselh Generau y otros Concejales y Consejeros del Vall d’Aran. El grupo de Amics de Montgarri, con el grupo de Peregrinos de St. Girons venidos de Ariège y una gran asamblea de fieles participaron activamente.
En su homilía con fragmentos en catalán, aranés, castellano y francés, el Arzobispo destacó el valor de la visita de la Virgen a su pariente Isabel como un signo de que también los cristianos debemos estar dispuestos a las necesidades de los nuestros hermanos, especialmente de quienes más necesidad tengan de nosotros. Mons. Vives también destacó el valor de un encuentro, de reunirse, fraternalmente, en torno al Santuario de la Virgen: el encuentro nos hace salir de nosotros mismos para reencontrarnos con otros, los vecinos, los hermanos, quienes piensan diferente a nosotros pero que se unen al encuentro que está abierto a todos, sin distinción. También destacó el momento Sinodal que vivimos en la Iglesia, que nos reclama fraternidad, y como al final la «Caridad» que el Ayuntamiento nos hará (con pan, vino y queso) nos empuja por los caminos de la solidaridad y la generosidad hacia quienes nos necesitan.
El Santuario de Nuestra Señora de Montgarri, es un signo de este aprecio a María que se remonta a principios del siglo XII, con la actual la iglesia construida en el siglo XVI, que tiene al lado varias edificaciones correspondientes al antiguo hospital, la rectoría y la casa del Administrador del Santuario. El conjunto sufrió muchos daños especialmente en el siglo XIX.
Terminada la Eucaristía, sacerdotes, autoridades y fieles acompañaron a la imagen de la Virgen en procesión, precedidos según costumbre en el Valle, con la bandera y la cruz, y los cantos devotos hasta el lugar donde la tradición narra que fue encontrada la imagen por un buey y los pastores. Allí tuvo lugar el rezo del Ángelus con el canto de la Salve.
Posteriormente en un amplio prado vecino fue bendecida y distribuida a todo el mundo “la caridad”, es decir las 1.500 raciones de pan, queso y vino con las que el Ayuntamiento obsequia a los peregrinos que vienen tan numerosos y perseverantes de todo el Valle de Arán y de ambos lados del Pirineo, y que significa el tradicional compartir y la solidaridad que debemos tener quienes participamos de toda fiesta cristiana, especialmente de la Eucaristía.