Confirmaciones en El Pas de la Casa (Andorra)

El domingo día 19 de mayo por la noche, solemnidad de Pentecostés, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la Eucaristía y administró el sacramento de la confirmación a 5 jóvenes de la Parroquia de San Pedro de El Pas de la Casa (Encamp-Principado de Andorra). Concelebraron con el Arzobispo el Vicario episcopal y Rector de Encamp, Mn. Antoni Elvira y Mn. David Codina. A su llegada a la Parroquia el Copríncipe fue recibido por dos Consejeros de Común de Encamp que quisieron darle la bienvenida, y participaron de la celebración eucarística.

La Misa de confirmación fue solemnizada por la Coral de la Cofradía de Nuestra Señora de Fátima de El Pas y alternó la lengua portuguesa y catalana.

En su homilía el Arzobispo glosó a los confirmandos el Evangelio de Pascua proclamado en ese día (Jn 20,19-23) con 3 ideas claves: “la paz esté con vosotros”: Jesús se presenta en medio de los discípulos aunque tengan las puertas cerradas y, entrando, nos da la paz. Los confirmandos recibían la plenitud del Espíritu Santo que tenía que hacerlos constructores de paz y amor: en la familia, en la escuela, con los amigos. Hay que orar y construir por la paz.

«Sopló sobre ellos«. Jesús alena sobre ellos para que tengan vida plena con la efusión del Espíritu Santo. El aliento es signo de vida y de nueva creación. Debemos ser portadores de vida con nuestras palabras y nuestros comportamientos y el aliento de Jesús nos indica que toda persona humana tiene una dignidad infinita desde su concepción hasta su muerte natural.

«Así envío yo«. Todos somos enviados, y especialmente los jóvenes confirmados deben ser testimonios-misioneros del Señor Jesús sin vergüenza y sin esconder nunca la fe, confesándola y proclamándola.

Finalmente les glosó los dos sentidos de las palabras de la aparición y de la confirmación “Recibid el Espíritu Santo”. Recibir significa que Dios envía el don del Espíritu, y lo hace realmente. Pero también tiene un sentido de exhortar a aceptar este regalo-don de Dios con una actitud abierta y acogedora, humilde, dejándose trabajar y fecundar por el Espíritu Santo.

Al final de la Misa la Parroquia regaló a los jóvenes una paloma hecha de madera y el Arzobispo un ejemplar del Nuevo Testamento.

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