Miércoles de Ceniza
La Santa Cuaresma, camino hacia la Pascua, se inició este año el miércoles día 14 de febrero en toda la diócesis de Urgell con las celebraciones del Miércoles de Ceniza y con el gesto litúrgico de la imposición de la ceniza, como signo de arrepentimiento y de conversión. En la Catedral de Sta. María de La Seu d’Urgell, el Arzobispo Joan-Enric presidió la celebración eucarística que se llevó a cabo con la presencia del M.I. Capítulo. Se bendijeron las cenizas y el Decano, Mn. Benigne Marquès, fue el encargado de imponer la ceniza en la cabeza del Arzobispo y después a los fieles.
En su homilía, Mons. Vives animó a vivir la Cuaresma con los 3 grandes instrumentos que la Iglesia nos propone: la oración, el ayuno y la limosna. La ceniza sobre la cabeza nos recuerda que somos frágiles, somos polvo y que en polvo nos convertiremos, y que debemos convertirnos y creer más en el Evangelio. Pero sobre este polvo, esta ceniza, nuestro Dios ha infundido su Espíritu de vida. El Arzobispo animó en tiempos de Cuaresma a la conversión personal que se concreta en pequeñas acciones en las que todos podemos mejorar en nuestro camino de seguimiento a Jesús y un mayor contacto con la Palabra de Dios, y mayor dedicación a la oración y la caridad, en un clima de ascesis y entrenamiento vital.
La celebración que se llevó a cabo en todas las parroquias de la diócesis, reunió a muchos fieles por todas partes.
Homilia de Mons. Vives: