La Diócesis ha celebrado la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, que es conocida popularmente como la Fiesta de la Candelaria, con el tradicional encendido de candelas y bendición.
De esta forma se hace recordatorio del ciclo de la manifestación del Señor: la luz en la noche del Nacimiento, la luz en su Epifanía, la luz en su Bautismo, el advenimiento de los Magos, y la luz en su Presentación en el templo. Es una luz que, al mismo tiempo, nos anuncia la luz de la Noche de Pascua.
Esta fiesta, celebrada el viernes 2 de febrero, coincide también con la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Así lo estableció el Papa Juan Pablo II.
Ésta es ya la XXVIII Jornada Mundial, que recuerda el don para la Iglesia y para el mundo, de las personas consagradas «en su riqueza de carismas, inspirados por el Espíritu Santo a través de la escucha y el discernimiento comunitario», como señalan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje por ese día.
Los religiosos, por la profesión de los votos evangélicos, son profecía del Reino ya consumado, y con las antorchas encendidas en su corazón caminan al encuentro de su Señor y Esposo.
En la Catedral de Santa María de Urgell, la misa fue presidida por Mn. Ignasi Navarri, rector de la Parroquia de San Odón, y contó con una gran presencia de fieles, entre los que había una gran representación de los trabajadores del gremio de la electricidad, que celebran ese día con especial devoción, honrando a la Virgen de la Luz.
La fiesta de la Presentación del Señor, también es un día muy significativo para el movimiento apostólico de personas mayores, Vida Ascendente, que tienen a los ancianos San Simeón y Santa Ana como referentes y éste es un día de fiesta y de oración, en el que los grupos de Vida Ascendente de cada parroquia participan activamente en las celebraciones.