El Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, participó este sábado, 20 de enero, en la ordenación episcopal del nuevo obispo de Palencia, Mons. Mikel Garciandía Goñi, en la catedral de San Antolín de la capital palentina.
Mons. Garciandía fue consagrado obispo por el Nuncio apostólico en España y Andorra, Mons. Bernadito Auza, mientras que fueron coconsagrantes secundarios el Arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, y el Arzobispo administrador apostólico de Pamplona y Tudela, Mons. Francisco Pérez. El nuevo obispo de Palencia formaba parte, hasta ahora, del presbiterio de la archidiócesis de Pamplona y Tudela.
En la ceremonia de ordenación episcopal e inicio del ministerio de Mons. Garciandía también participaron una gran cantidad de fieles, de sacerdotes, de la familia de Mons. Garciandia -que estuvo especialmente acompañado por su padre- y de autoridades llegadas de Palencia, Castilla y León y el Presidente del Parlamento de Navarra.
En su alocución después de ser ordenado y empezar su ministerio episcopal en Palencia, Mons. Garciandía aseguró que «es importante que los creyentes y seguidores de Jesús abramos puertas, derribemos muros, bastiones, salgamos de nuestras trincheras y hagamos de la comunidad cristiana un hogar abierto y acogedor para todos».
El nuevo obispo de Palencia también afirmó que «la buena noticia del Evangelio hace que hoy quiera comprometerme y me comprometo a luchar en favor de la vida humana, especialmente de todas las víctimas de los abusos de cualquier tipo en el seno de la Iglesia y en nuestra sociedad, por los más necesitados, por los enfermos, por los ancianos, por los que serán privados de su derecho a nacer. Los descartados, por los que aboga nuestro Papa Francisco, nos tienen que hacer daño y movilizarnos de una manera tan vigorosa como creativa».