Solidaridad con quienes sufren hambre y con Ucrania

Con el lema “Frenar la desigualdad está en tus manos”, Manos Unidas nos presenta la 64ª Campaña contra el Hambre. La Campaña fue iniciada por la FAO y tiene su origen en el Manifiesto de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) de 1955, en el que se decía: “Sabemos, y queremos que se sepa, que hay soluciones de vida, y que si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido…” Las Mujeres de Acción Católica Española respondieron a este llamamiento que denunciaba el “hambre de pan, de cultura y de Dios, que sufre gran parte de la humanidad”. Realizaron su primera Campaña en 1960, a partir de la cual se ha ido configurando la actual Manos Unidas, que apoya proyectos contra el hambre, el subdesarrollo y la falta de educación.

La desigualdad se ha convertido en la mayor amenaza a nivel mundial y provoca que millones de seres humanos vivan en la pobreza y mueran de hambre. Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra ve su propia dignidad pisada y sus derechos fundamentales ignorados o violados. El resultado son millones de personas viviendo una situación límite. Combatir la desigualdad no es un reto imposible. Por eso Manos Unidas nos recuerda que debemos actuar y que todas las manos suman, todas cuentan y todas ayudan. Para cambiar muchas vidas, hacen falta tus manos. Manos que alimenten, que generen trabajo, que formen, que protejan y que ayuden a poner fin al círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad, yendo a las causas estructurales que las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.

Desde la Diócesis de Urgell, el proyecto concreto que se quiere ayudar con la Campaña de este año es un proyecto de colaboración en la India, en el distrito de Akola, del Estado de Maharashtra, por un importe de 37.629 €, que ayudará al desarrollo y capacitación de mujeres, jóvenes y niños en 8 pueblos tribales, que viven fundamentalmente de la agricultura, y ayudará a 550 personas.

También este febrero se cumplirá un año del inicio de la guerra en Ucrania. Sigue mostrando su faz más injusta atacando a la población civil, los ancianos, los niños, la gente más indefensa y vulnerable. Estamos seguros de que ni la población rusa ni la ucraniana quieren la guerra, y reclaman la paz. Mientras, la sangre corre en Ucrania y en Rusia. De nada han valido las llamadas del Papa Francisco ni de tanta gente de buena voluntad por un cese de hostilidades y una paz pactada, que deberá ser la salida. Hace unas semanas, con motivo de encuentros de solidaridad con los refugiados y el pueblo ucraniano en Guissona y Andorra, les envié un Mensaje de comunión y solidaridad. Entre otras cosas, les decía: “Muchos de vosotros habéis perdido vuestra libertad y sufrís todas las penalidades del exilio forzoso y de los refugiados lejos de la Patria Ucraniana. Tenéis familiares en Ucrania, sufrís mucho por ellos, y deseáis volver. Esperemos que pronto podáis cumplir vuestro sueño. Me uno a vuestra oración para que cese la guerra y por una paz justa, y os hago llegar una ayuda solidaria de los católicos de Urgell y de Andorra. Estamos con vosotros. Tengamos esperanza. ¡Dios no nos dejará! Él es nuestra Paz. La verdad y la vida triunfarán. Con mi bendición y mi amistad”.

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