Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización

Mensaje de los obispos de la CEMCS en la XLVII JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

12 de mayo de 2013
Solemnidad de la Ascensión del Señor

Presentación

Unos días antes de su renuncia, nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI hizo público, en la fiesta de S. Francisco de Sales, el 24 de enero, el tradicional mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará este año el próximo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor. Siguiendo la temática de Jornadas anteriores, el Papa se centra en esta ocasión en las redes sociales como ámbitos en los que se puede acceder a la verdad y a la fe y nos invita a mirarlas como lugares imprescindibles para desarrollar la evangelización.

Mensaje del Papa: Portales de verdad y de fe

Las redes sociales, como un espacio en el que la gente habita, es algo en lo que ha insistido últimamente la enseñanza de la Iglesia y el mensaje de este año sigue subrayando la importancia de este nuevo espacio, «una plaza pública y abierta en la que las personas comparten ideas, informaciones, opiniones, y donde, además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad» . En esta plaza pública tiene lugar el diálogo y el debate respetuoso que busca la verdad, refuerza la unidad y promueve «eficazmente la armonía de la familia humana». La plaza pública, a la que alude Benedicto XVI, necesita tener unos portales a través de los que se puede acceder a la verdad y a la fe, de la misma forma que existen portales para acceder a cualquier otro ámbito del interés humano. Su ausencia pondría de manifiesto la incapacidad de los creyentes para estar presentes en esta plaza pública de igual a igual y limitaría el acceso a la verdad, y en el fondo a su realización, a una multitud creciente de personas que en ella viven, disfrutan, se forman y se informan.

Para que esto no ocurra, por un lado «las redes sociales deben afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de este modo, se beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad humana que promueven sus enseñanzas». Al mismo tiempo, por otro lado, los cristianos deben trabajar para estar presentes en las redes sociales poniendo de manifiesto su autenticidad «cuando comparten la fuente profunda de su esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico en misericordia».

Nuevos espacios para la nueva evangelización

Cuando el beato Juan Pablo II desarrollaba su idea sobre la necesidad de una nueva evangelización señalaba que ésta consistía en «hacer que la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren aún más profundamente en todos los estratos de la sociedad y la transformen» . En aquel tiempo no habían surgido todavía dos nuevas realidades en los que hoy se mueve la vida de cientos de millones de personas: el de internet y el de las redes sociales, que es ampliación del primero pero con unas características propias y muy definidas. Son ciertamente ámbitos nuevos en la vida de las personas pero son también lugares en los que se hace precisa una nueva evangelización, no ya porque los efectos de la primera hayan quedado diluidos por el paso del tiempo, sino porque ciertamente éste es hoy un nuevo escenario en el que se debe realizar una primera evangelización. En él se ha de hacer presente la verdad de Cristo y la verdad del hombre.

Esa primera evangelización del universo digital la llevan a cabo ya pioneros de la evangelización digital, cuyo espíritu es el mismo que animó la misión de san Francisco Javier en Japón, de san Galo en Suiza, del beato José de Anchieta en Brasil o de san Daniel Comboni en África. Igual que ellos, los que anuncian el Evangelio en la red, auténticos misioneros, se sienten urgidos por las palabras del Señor, «id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15).

Es verdad que esta nueva evangelización, en su sentido más original, implica a toda la Iglesia, pero no es menor verdad que no implica de la misma manera a todos sus miembros. Son necesarias, al igual que en las evangelizaciones de los continentes, las capacidades y disposiciones que tuvieron aquellos misioneros y la vocación confirmada en la Iglesia, pero también se hace necesaria la capacidad técnica, tecnológica y de lenguaje para cumplir con éxito esa misión. En cualquier caso hay que estar presentes en esos portales, en esas misiones, en la plaza pública creada por las redes sociales; cada uno en su lugar, algunos como misioneros, otros como pastores, y todos con la oración, podemos colaborar en esa misión.

Del mundo digital al encuentro personal

La misión de la Iglesia, que prolonga la misma misión de Cristo, es la de anunciar y celebrar la salvación del hombre por medio de Jesucristo. En las redes sociales, esa misión tiene ya una presencia consolidada y creciente en el ámbito del anuncio del kerygma cristiano, de la predicación, de la catequesis y de la enseñanza de la doctrina. Numerosos laicos, religiosos, sacerdotes y obispos están presentes para anunciar el Evangelio por medio de blogs, podcasts, o vídeos, a través de facebook, youtube, twitter o cualquiera de las otras redes nacientes. Ahora bien, la misma estructura digital puede suponer una oportunidad y una limitación para la evangelización. Las ideas, los debates, las enseñanzas se suceden con velocidad en la red, mientras que la evangelización precisa de un encuentro personal con Cristo en la Iglesia que las redes no pueden suplir. Por eso, es necesario ser conscientes de que, tras el encuentro digital, es preciso el encuentro personal; y que el primero no encuentra pleno sentido ni cumple su misión sin el segundo.

Se hace necesario un esfuerzo de toda la Iglesia para ofrecer, a quienes se encontraron con ella mediante la red, una comunidad en la que madurar, completar y celebrar lo que se ha conocido digitalmente. En el fondo se trata de crear una red de personas de Iglesia, de comunidades, de grupos, y de espacios físicos en los que acoger a quienes han conocido por la red el Amor de Dios y quieren celebrarlo, dando el salto desde el mundo digital al encuentro personal.

No es esta misión para un solo día. Habrá que contemplarla con la serenidad y la profundidad que aporta la experiencia de la Iglesia. No se trata de grandes gestos, de solas palabras o desproporcionadas inversiones, sino del trabajo realista de cada uno, en su lugar, con sus capacidades y posibilidades. Los pequeños pasos de muchos, también en este ámbito, fructificarán en el futuro en una presencia de la Iglesia en la red para ayudar al hombre a hacerse más hombre, según el misterio total de la persona de Jesucristo.

Agradecimiento a los comunicadores

Al celebrar esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, también es necesario agradecer el trabajo de los comunicadores en todos los ámbitos. La situación social está provocando graves quebrantos y dramas, personales y colectivos, en su labor. Su importante misión de acercar al hombre a la verdad de lo que ocurre se ve limitada muchas veces por las consecuencias de una crisis económica que afecta notablemente a este sector.

Y, junto al agradecimiento, nuestra oración al Señor pidiendo que nos ayude a encontrar los caminos para salir de esta situación que repercute gravemente en el bien común, al que los comunicadores están llamados a servir. Que Él bendiga sus trabajos para que nos lleven a la verdad, belleza y bondad del hombre, reflejo de la Verdad, Belleza y Bondad de Dios.

Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social
12 de marzo de 2013

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