Como ya es tradición en estas fiestas de Navidad, el Arzobispo y Copríncipe, Mons. Joan-Enric Vives, visitó el Centro Penitenciario de “La Comella” del Principado de Andorra la tarde del día 20 de diciembre y celebró la Navidad. Tuvo una breve reunión con el Director y Director adjunto del Centro, Sr. Miquel Àngel García y Sr. Carles Oferil y después presidió la Eucaristía. Al final saludó personalmente a cada uno de los internos. Mons. Vives iba acompañado por el Adjunto del Representante Personal del Copríncipe, Sr. Eduard Ibáñez y por la Delegada de Medios, Sra. Cristina Orduña.
Concelebraron la misa el Arcipreste de los Valles de Andorra y Delegado diocesano de pastoral penitenciaria, Mn. Ramon Sàrries, y el Secretario general, Mn. David Codina. Y unos 30 profesores y alumnos de las Escuelas Mare Janer, Sda. Familia y Sant Ermengol animaron los cantos con música.
En el encuentro con el Director y Subdirector, el Arzobispo fue informado de la situación actual de los presos internos, los funcionarios y el Centro Penitenciario. La Dirección del Centro explicó la evolución en el último año de los internos en cuanto al número y tipologías, las problemáticas que les han llevado al Centro, y el tipo de acompañamiento que se da a los internos e internas. Y las necesidades de más espacios para la formación permanente de los internos, así como necesidades en aparcamiento.
Actualmente hay 50 personas internas, de las que 12 están en régimen de arresto y 5 de los internos son mujeres. El Centro Penitenciario ha firmado recientemente un convenio con el SAAS de atención a los internos y se han programado nuevos talleres y formaciones. Hay talleres de yoga, de cine-fórum (este ofrecido por Cáritas de Sant Julià), formaciones en mejora de habilidades manuales y otras. Hay 5 profesores voluntarios, y específicamente, 25 profesionales y voluntarios para el Área de Salud Mental que actualmente se ha habilitado en la zona para jóvenes, dado que no existen jóvenes internos. Hay un usuario de este espacio, que se mira que sea atendido de la mejor forma posible, haciendo evaluaciones de su situación de manera periódica.
Mons. Vives en su homilía exhortó a los internos a vivir la fiesta de Navidad como un momento de alegría y de esperanza a pesar de encontrarse en situación de privación de libertad y lejos de la propia familia. El nacimiento de Jesús vence toda reclusión y da esperanza, a pesar de las dificultades, puesto que compartiendo nuestra naturaleza humana con su encarnación, hecho pobre y acogido por los pastores pobres, Dios ha dado una dignidad inmensa a toda persona humana, por más que en ella haya podido haber pecado o cometido errores en su vida. El Arzobispo animó a los participantes a la Eucaristía a no dejarse abatir y a confiar en que tarde o temprano se volverán a encontrar en libertad con sus seres queridos y, en varias lenguas, deseó la paz que Jesús niño lleva a Belén porque a Dios nada le es imposible, y en Él todo lo podemos.
Al final de la misa, cada interno recibió un lote-obsequio de Cáritas Andorrana y un libro con el Evangelio de cada día, y pudo saludar personalmente al Copríncipe o enviarle algún mensaje o petición. Muchos lo aprovecharon para darle a conocer sus inquietudes y su agradecimiento.
Posteriormente tuvo lugar una pequeña explicación didáctica para los jóvenes que habían acudido a la celebración eucarística, sobre el Centro y su organización interna y cada uno recibió un obsequio realizado por los reclusos, en señal de agradecimiento. El Copríncipe episcopal quiso agradecer en nombre de todo el País el trabajo de todos los funcionarios y miembros del Cuerpo Penitenciario de Andorra en el ejercicio de su función, y así lo dejó escrito en el Libro de Honor del centro donde firmó.
