Confirmaciones en Coll de Nargó (Alt Urgell)

El domingo 30 de octubre el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives administró el sacramento de la confirmación a dos jóvenes de las Parroquias de Gavarra y Coll de Nargó en la iglesia parroquial de Sant Climent de Coll de Nargó. Concelebraron con el Arzobispo el Rector Mn. Benigne Marquès y el Secretario Mn. David Codina.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric glosó las lecturas de la Palabra de Dios proclamadas en el domingo XXXI durante el año. En la primera lectura Sa 11,22-12,2 subrayó la inmensidad de Dios ya que “el mundo entero ante tí es como un grano en la balanza, como una gota de rocío mañanero sobre la tierra”. Ante la inmensidad de Dios los hombres debemos adorarle y amarle, buscar su gloria, y reconocer con humildad nuestra pequeñez y nuestra condición de seres creados a “imagen y semejanza de Dios”.

En el Evangelio (Lc 19,1-10) Jesús encuentra a Zaqueo, jefe de publicanos y rico, “que itrataba de ver quién era Jesús”, pero el gentío le privaba la vista y se encaramó en un árbol, al lugar donde Jesús debía pasar. Necesitamos correr y ser ingeniosos para ir a buscar a Jesús, para querer encontrarlo, y vencer los obstáculos que nos impiden acceder a Él. En este sentido el Arzobispo pidió a las dos jóvenes que recibían la plenitud del Espíritu Santo de perseverar en la fe recibida y de buscar a Dios, que «ha venido a buscar y a salvar«. Confiemos en que Él quiere nuestro bien.

Zaqueo es también ejemplo para todos, de que siempre podemos convertirnos, que no debemos juzgar, y que para Dios siempre hay tiempo para el perdón, la misericordia y el recomenzar: “Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más”. Debemos dar tiempo a las personas para que puedan reconocer sus pecados y confiar en la conversión, sin juicios deterministas y maniqueístas que nos hacen distinguir simplificadamente entre buenos y malos. Finalmente, el Arzobispo exhortó a las jóvenes a saber valorar los tiempos que vivimos como si fueran los últimos, los últimos en la vida, y rehacer los lazos de paz, fraternidad y amor con los hermanos con los que tengamos alguna ofensa, mientras estamos a tiempo.

Al final de la Misa el Arzobispo regaló en nombre de la Parroquia a las jóvenes confirmadas un Nuevo Testamento, y se lo dedicó, para que pudieran profundizar en la Palabra de Dios, y al terminar la celebración eucarística pudo saludar a las jóvenes confirmadas y sus familias.

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