La Catedral de San Cristóbal de La Laguna (Diócesis de Tenerife) acogió los días 11 al 14 de septiembre el tradicional Quinario en honor al Santísimo Cristo de La Laguna, que este año fue predicado por el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, invitado por el Obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez y por el Esclavo Mayor de la Esclavitud del Cristo de la Laguna, Dr. Francisco Doblas.
Durante cuatro días, Mons. Vives ofreció reflexiones y motivos para la esperanza cristiana, y sobre nuestra adhesión a Jesucritos Muerto y Resucitado, que da la vida por todos, en su predicación en la misa vespertina diaria de las 20 h. en la Catedral. También durante aquellos días en la Isla de Tenerife visitó otras realidades diocesanas, como las Monjas Clarisas, las Monjas Dominicas, la Residencia de los sacerdotes jubilados y la sede del Obispado de San Cristóbal de La Laguna, que sufrió hace unos años un terrible incendio destructor y ahora está totalmente reconstruido.
El día 14 de septiembre, fue la celebración más solemne, al ser la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz y la fiesta del Patrón de la Ciudad que lo había sido de toda la Diócesis Nivariense. La jornada del día 14 se inició con la procesión cívico-militar, con el pendón real, desde las casas consistoriales hasta el templo principal de la diócesis.
A las 10:45 h., en la plaza de la Catedral, tuvo lugar el recibimiento al Presidente del Gobierno de Canarias, Excmo. Sr. Ángel Víctor Torres, que este año ostentaba la representación oficial de S.M. el Rey Felipe VI. Más tarde, en la puerta del templo de la Catedral, Torres fue recibido por el Obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez Afonso y por Mons. Vives y el Cabildo. Después se inició la celebración solemne de la Eucaristía.
En la Eucaristía, cantada por el coro del Orfeón La Paz, se hicieron presentes diferentes autoridades civiles y militares. Entre ellas, el Presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; el Subdelegado del Gobierno, Jesús Javier Plata; el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín; el Alcalde de San Cristóbal de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez; la rectora de la Universidad de La Laguna y pregonera este año de las fiestas, Rosa Aguilar, y el teniente general jefe del Mando de Canarias, Excmo. Sr. Alejandro Escámez. Participaron en la celebración, el Esclavo Mayor de Cristo, Francisco Doblas, junto a numerosos miembros de la Esclavitud y Capítulo Catedral con el clero y una gran cantidad de fieles.
Mons. Vives, en su predicación, subrayó el sentido para el vivir, el valor del compromiso y la esperanza que brota de Cristo Crucificado, el amor de Dios. “Cuando nos fijamos en la bella imagen de Cristo de la Laguna, nos damos cuenta del gran amor de Dios. La figura del crucificado no es una invitación a la resignación. En Cristo descubrimos una nueva dimensión del dolor, una nueva esperanza. Lo hemos vivido durante la pandemia, en la erupción del volcán de La Palma, en la acogida a los refugiados de las guerras y durante la crisis económica, en medio del sufrimiento, encontrábamos el servicio de tantos sanitarios y fuerzas de orden, personal esencial, sacerdotes, la ayuda fraternal de nuestros vecinos, la ayuda excepcional de Cáritas y la solidaridad de todos hacia los necesitados. etc.
En otro momento de su homilía, el Arzobispo de Urgell se refirió a la guerra de Ucrania, a la crisis energética que azota al planeta y a tantos otros aspectos que requieren un fuerte compromiso por parte de todos. “Trabajemos juntos. Por el bien común debemos estar unidos. En La Palma lo hemos comprobado. Cuánta solidaridad. Pidámosle a Dios que esta generosidad continúe. Cristo ilumina y revela la experiencia del amor, que está en el corazón de todo ser humano”.
El Arzobispo también destacó que otro tema que debe preocuparnos mucho hoy en día es que los jóvenes encuentren el verdadero sentido de la vida. “Debemos trabajar comprometidos para que los jóvenes tengan futuro, trabajo digno, vivienda, condiciones de vida dignas”. Por último Mons. Vives exhortó a venerar a Cristo de la Laguna con tres besos: “el primer beso, de agradecimiento: por la fe, por haberlo conocido. También un beso de conversión: besar a Cristo porque no hemos amado suficientemente. Y el tercer beso, de amor y solidaridad: pidamos a Dios la ayuda para que cada día crezca más nuestro amor hacia Él”. Finalmente, el Arzobispo animó a dar gracias por el trabajo de Cáritas Española que este año cumple su 75 aniversario con el lema “75 años de amor para los demás”, y por Caritas de Tenerife que cumple 70, y recordó la frase de San Juan de la Cruz: “Pon amor, donde no hay amor, y sacarás amor”.
La Eucaristía concluyó con la Bendición del Señor impartida por el obispo Nivariense a los fieles. Más tarde, se inició la procesión de regreso de la venerada imagen a su Santuario Real.