«¡Id a trabajar a mi viña!»

¡Id a mi viña! nos reclama con insistencia el Señor (Mt 20,1-16). Y en todo momento, hasta el final de la jornada, nos llama y tiene interés por que vayamos con Él, a trabajar por el Reino de Dios, a amar y dar la vida por los hermanos, imitando su caridad pastoral. Y nuestra respuesta debe ser como la de los sirvientes que saben que están haciendo lo que el Señor quiere y les manda, contentos de haber sido llamados y menos pendientes de los resultados, como de poder colaborar en la acogida del Reino de Dios. Como sugiere el mismo Jesús (Lc 17,5-10), digamos: «somos siervos inútiles, sin ningún mérito…» sólo hacemos lo que tenemos que hacer. ¡Esto da mucha paz! ¡Abandono, gratuidad, servicio, humildad, acogida del don de Dios, fraternidad, oración y acción de gracias! La fecundidad del servicio no está en su productividad, sino en el hecho de servir, de trabajar con el Señor y para el Señor. Esta es la fuente de nuestra alegría cristiana, y lo que hace que siempre podamos servir y trabajar, en todas las edades; siempre seremos útiles a Dios, hasta cuando estemos aparentemente rendidos, o sin fuerzas para hacer tanto o igual como quizás hacíamos antes, o perplejos porque la realidad es difícil de comprender y de abarcar.

Tenemos por delante todo un curso, un tiempo de gracia y un tiempo para vivir el amor y realizar las obras de la fe. Os quiero recordar algunos acontecimientos que marcarán el presente curso 2018-2019:

  • El Papa Francisco nos regaló el mes de marzo una bellísima exhortación suya, «Alegraos y regocijaos» («Gaudete te Exsultate«), porque quiere «hacer resonar una vez más la llamada a la santidad, procurando encarnarla en el contexto actual». Santidad que reclamará de nosotros unas conversiones pastorales y personales que debemos reflexionar en este curso.
  • El Sínodo de los Obispos que acaba de comenzar en Roma, que trata de «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional». Debemos rezar por el Sínodo, y amar a los jóvenes y sufrir por su fe y su crecimiento en los valores y virtudes evangélicas y humanas. No despreciemos sus sueños y no pasemos de largo respecto a sus carencias. Necesitan a Cristo y nos necesitan a nosotros, los adultos, aunque no lo reconozcan de entrada.
  • El próximo día 14 de octubre serán canonizados en Roma S. Pablo VI papa, y S. Óscar Romero, obispo. Dos grandes pastores de referencia que fueron fieles martirialmente a la vocación recibida; fieles a la verdad que no podían disimular o traicionar; fieles al Concilio Vaticano II obra del Espíritu Santo en nuestros días. Y los dos fueron unos grandes enamorados de Cristo y de la Iglesia, ambos recentrados en el Señor.
  • En marzo de 2019 se cumplirán los 50 años del Misal Romano de Pablo VI. que usamos para celebrar la Eucaristía, fuente y cima de la vida cristiana. Amemos el Misal, profundicemos sus enseñanzas, comprometámonos a crecer en el arte de celebrar bien, usando todos los recursos del Misal, y fomentando la activa y fructífera participación de todo el Pueblo de Dios.
  • También habrá más cosas a tener presentes: el final de la 1ª Guerra Mundial y el amor a la Paz; la prevención de los abusos y la penitencia que nos toca asumir como cristianos, por el escándalo de nuestros hermanos que han sido pecadores o delincuentes; la realidad dolorosa de la sociedad catalana, con encarcelados y exiliados, con juicios pendientes, y la necesidad de encontrar concordia, respeto mutuo y fraternidad entre nosotros y con los demás pueblos.

¡Vayamos con el Señor a trabajar por su viña amada! El Señor nos ayudará a «hacer todo lo que Él nos diga», y María nos sostendrá. ¡Buen inicio del curso!

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