Desde este domingo día 6 y hasta el 27 de octubre tendrá lugar en Roma el Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, convocado por el Papa Francisco para «identificar nuevos caminos de evangelización para esta porción del Pueblo de Dios especialmente de los indígenas, frecuentemente olvidados y sin la perspectiva de un futuro sereno, también como resultado de la crisis de los bosques amazónicos, pulmón de capital importancia para nuestro planeta». El Documento de trabajo para los padres sinodales («Instrumentum Laboris» IL), tiene tres partes que abordan: «La voz de la Amazonia», entendida como escucha de este territorio; «Ecología integral: el clamor de la tierra y de los pobres»; y la «Iglesia profética en la Amazonia: retos y esperanzas», es decir una Iglesia con rostro amazónico y misionero. El objetivo es presentar la situación pastoral de la Amazonia y buscar nuevos caminos para una evangelización más incisiva. Además, está redactado como reflexión sobre el problema ecológico, según la encíclica Laudato Si. «La Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse netamente de las nuevas potencias colonizadoras, escuchando los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su rol profético. La crisis socioambiental abre nuevas oportunidades para presentar a Cristo en toda su potencialidad liberadora y humanizadora» (IL 7).
La Amazonia es el bosque tropical más extenso del mundo (unos siete millones de kilómetros cuadrados) repartidos entre nueve países de América del Sur. En el Sínodo se podrán conocer las situaciones preocupantes que tienen estos países de la Amazonia, y también diferentes maneras de hacer frente. Será una toma de conciencia, donde se escucharán las voces de los pueblos indígenas, pues estos pueblos siempre han defendiendo la Amazonia, ya que ellos ven la naturaleza como lo que da vida en el planeta tierra, una visión muy diferente de la mirada economicista, que acaba teniendo un negativo impacto ecológico y social. La naturaleza es mucho más que una fuente de recursos y un depósito para las basuras. El cuidado y protección de la naturaleza está en nuestras manos.
El Sínodo es una llamada a realizar 3 conversiones pastorales expresadas por el Papa Francisco en Evangelii Gaudium: 1. Una nueva manera de estar presente la Iglesia en la realidad, a partir del pueblo, de la gente; 2. Una conversión ecológica, como se recoge en la encíclica Laudato SI, debido a la grave crisis ambiental, fruto del modelo de desarrollo imperante que pone en peligro el futuro del mundo, y que en ciertas cosas está por encima de los mismos sistemas políticos; y 3. Una conversión sinodal, contenida en la Constitución apostólica del Papa Francisco Episcopalis Communio (2018), como un reto a caminar juntos con tropiezos y aprendizajes, ya que el Sínodo será la voz del pueblo creyente en todos los temas. El Rector de la Universidad Católica del Ecuador, el jesuita Fernando Ponce, resalta que hay más incendios que los de los bosques de la Amazonia, como son la pobreza, la falta de sanidad y de educación, especialmente de educación superior, y la mortalidad infantil, entre otros.
La problemática de la Amazonia, no nos puede quedar lejos. La casa común a todos nos debe interesar. Como el mismo Instrumentum Laboris dice en la Introducción, «pedimos ante todo al Espíritu Santo, para los padres sinodales, el don de la escucha: escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama» (Episc. Com. 6).
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