Unidad en la adoración y la acogida de Cristo

Estamos dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, una bella y centenaria tradición de rezar todos los cristianos de las distintas confesiones y ritos, para “adorar y acoger”, unidos, al Señor Jesucristo. El Consejo de Iglesias de Oriente Medio, con sede en Beirut (Líbano), ha sido en esta ocasión el grupo encargado de la redacción de los textos para esta Semana de Oración por la Unidad 2022. Eligieron el lema: «Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (Mt 2,2). Más que nunca, en estos tiempos difíciles de pandemia mundial, necesitamos una luz que brille en las tinieblas, y esa luz que proclamamos los cristianos se ha manifestado ya en Jesucristo: “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz” (Is 9,1), proclamábamos la noche de Navidad.

Con más de 100 años de historia, esta celebración anual reúne a las comunidades cristianas de todo el mundo. Evocando la oración de Jesús por sus discípulos, “que todos sean uno; […] para que el mundo crea” (Jn 17,21), los cristianos nos reunimos estos días –ni que sea virtualmente- para orar por nuestra unidad. Entre los días 18 al 25 de enero, en todo el mundo, se organizan intercambios de predicaciones o de celebraciones y cultos ecuménicos especiales, y nos reunimos para orar como manera de expresar y afirmar nuestra vocación común de vivir fortaleciendo la comunión cristiana y la reconciliación de nuestra familia humana.

La moderadora del Comité Central del Consejo Mundial de las Iglesias, Dra. Agnes Abuom, afirma que los cristianos y cristianas, y las Iglesias, estamos llamados a superar la separación para alcanzar la plena comunión visible en la fe, la vida, la misión y el testimonio. «Esta es la vocación principal del Consejo Mundial de Iglesias», afirma, «pero esta visión y esta vocación no pueden realizarse si no nos unimos para orar por ello». Asimismo Su Beatitud el Arzobispo ortodoxo Anastasios, de Albania, dice que el testimonio común es muy importante: «Es obvio que no basta con recibir y beneficiarse de las bendiciones y los dones divinos. Sin duda, también tenemos la obligación de compartir la verdad y el amor divinos con los demás». Y el cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, teniendo presente que Jesús es la raíz y el fundamento de todas las Iglesias y de las diferentes tradiciones cristianas, aporta que «la oración es un aspecto vital para un ecumenismo fructífero […] Nuestras relaciones ecuménicas indican los caminos que pueden llevar al acercamiento, la coexistencia pacífica, la cooperación y la fraternidad entre todas las personas».

La actitud sinodal de escucharnos más y mejor, de escucharnos todos, también entre las diversas confesiones cristianas, será esencial para alcanzar la unidad. Todos debemos hacer camino de conocimiento y de amor mutuo, de respeto, de no litigar, amando la tradición del hermano… Falta mucho por curar heridas y reconciliarnos de verdad, pero conocemos el mandato del mismo Señor: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos” (Jn 13,34-35).

{«image_intro»:»»,»float_intro»:»»,»image_intro_alt»:»»,»image_intro_caption»:»»,»image_fulltext»:»»,»float_fulltext»:»»,»image_fulltext_alt»:»»,»image_fulltext_caption»:»»}

Compartir