Fiesta de imposición del palio al Arzobispo de Tarragona

El nuevo Nuncio de Su Santidad en España y Andorra, Mons. Bernardito C. Auza, presidió el sábado 21 de diciembre, en la Catedral de Tarragona, la misa de imposición del palio a Mons. Joan Planellas Barnosell, arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado de las Españas.

Mons. Auza, acompañado del Arzobispo Joan Planellas, del Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona y del Arzobispo Joan-Enric Vives, Obispo de Urgell y Secretario de la C.E. Tarraconense, fueron recibidos solemnemente en la Catedral por el Capítulo catedralicio con el Decano M.I. Mn. Joaquim Fortuny. Seguidamente hizo una breve visita al Santísimo Sacramento situado en la capilla de San Fructuoso de la Catedral.

La celebración se inició con las palabras de Mons. Bernardito Auza el que definió la virtud de la caridad como el principio de la unidad y de la comunión que se expresa con los obispos de la provincia eclesiástica y de todos ellos con la Iglesia universal presidida por el sucesor de Pedro. Mons. Auza recordó, también, las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en la celebración del pasado día 29 de junio en el Vaticano cuando dijo que el palio «es signo de que los pastores no viven para sí mismos sino para sus «ovejas», ya que para alcanzar la vida es necesario perderla, entregarla».

Tal como indica el rito de esta celebración, el Nuncio Apostólico comenzó presidiendo la celebración hasta la imposición del palio, momento en que el arzobispo Juan se arrodilló ante el Nuncio e hizo la profesión de fe. Revestido ya con el palio M. Arzobispo recibió el abrazo o ósculo de la paz por parte del Nuncio apostólico y de los obispos sufragáneos al tiempo que el Coro y Orquesta de los Amigos de la Catedral, acompañados por el órgano, entonaban el canto de los Gozos de los santos mártires Fructuoso, Augurio y Eulogio y repicaban las campanas de la Catedral. A partir de este momento el arzobispo Joan Planellas pasó a presidir la celebración eucarística.

«El palio que me ha sido impuesto, me recuerda que tengo el deber de explicitar ese rostro maternal de la Madre Iglesia», expresó Mons. Planellas en la homilía, «[…] porque la misión de la Iglesia es curar heridas y ser portadora del consuelo y de la esperanza en Jesucristo». Y añadió: «En comunión, por tanto, con la sede de Pedro, y ejerciendo la maternidad eclesial, la Iglesia metropolitana y primada de Tarragona extenderá estos lazos de unidad y de caridad con los demás obispos y con las otras Iglesias vecinas. A problemas similares se necesitan soluciones similares, buscadas conjuntamente. Convencidos de la unidad pastoral entre las diócesis con sede en Cataluña, podemos trabajar conjuntamente y tenemos que hacerlo así, para vivir la libertad del Evangelio».

Mons. Planellas, que en la celebración empleó el báculo del beato Manuel Borrás, el último obispo mártir de la Iglesia de Tarragona, manifestó que «la sede metropolitana de Tarragona es la Iglesia de Pablo y Fructuoso, que recibió el Evangelio en la antigüedad cristiana y, en orden de antigüedad y de principalidad, esta «tradición viva» recibida en los orígenes, lo ha de irradiar a las otras sedes, pero sin obviar nunca su romanidad.

El prelado también hizo mención a la celebración del vigésimo quinto aniversario del Concilio Provincial Tarraconense de 1995 que procede durante el próximo año. «Esta celebración nos debe estimular a este trabajo de comunión eclesial», subrayó.

La misa de imposición del palio fue concelebrada por todos los arzobispos y obispos de las diócesis con sede en Cataluña y sus cuatro obispos eméritos, los padres abades de los Monasterios de Poblet y Montserrat, el arzobispo castrense y numerosos sacerdotes de la archidiócesis. El arzobispo Joan también fue acompañado por sus familiares.

El palio es un ornamento litúrgico que llevan el Papa y los arzobispos metropolitanos como signo de comunión con Roma. Tiene forma de una faja circular por encima de la que cuelgan dos tiras rectangulares que se colocan sobre el pecho y el hombro del arzobispo metropolitano. Es de carácter personal y también tiene carácter local ya que sólo se puede utilizar dentro de los límites de la correspondiente provincia eclesiástica.

La celebración de recepción y bendición del palio se celebra en el Vaticano, de forma simbólica, el día 29 de junio de cada año, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, mientras que la imposición del palio actualmente tiene lugar en la respectiva diócesis siguiendo las nuevas disposiciones firmadas por el papa Francisco en 2015.

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