El 4 de julio un buen grupo de enfermos y tres religiosas Siervas de Jesús con algunos voluntarios del Cottolengo del Padre Jacinto Alegre de Barcelona visitaron la ciudad de La Seu d’Urgell invitados por el Arzobispo de Urgell. Fueron acogidos en la Catedral de Sta. María con Mn David Codina y algunos seminaristas, y después comieron y hicieron fiesta en la Residencia de San José de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
El Arzobispo les contó con una breve visita, la belleza del templo del siglo XII, y celebró una gozosa y significativa Eucaristía en la Catedral de Sta. Maria d’Urgell con los enfermos, las Religiosas y los voluntarios que les acompañaban. Glosando el Evangelio proclamado subrayó la actividad taumatúrgica de Jesús, como sanador de enfermos, y cómo cura cuerpos y espíritus, y vuelve a la vida. Todos necesitamos del perdón y la curación del Señor, tal y como creyeron la mujer que sufría pérdidas de sangre desde hacía años, y el hombre importante al que se le había muerto la hija.
Animó a la comunidad del Cottolengo a orar por la paz y a ser factores de paz, a confiar en la gracia y la Providencia de Dios y subrayó cómo el mensaje del fundador, el Padre Jacinto Alegre S.I. y del Cottolengo, es muy bello: vivir de la Divina Providencia, sin subvenciones y sin pedir y aceptar nada que sea fruto de una petición, realizando el amor puesto en las obras.
Al terminar la Eucaristía tuvo lugar una comida de hermandad y una sencilla fiesta de hermandad en los jardines del Hogar San José. La Comunidad agradeció la acogida ofrecida por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y entregó a Mons. Vives un pequeño obsequio hecho a mano por los enfermos, como agradecimiento.
