Verdad y periodismo de paz

En la fiesta de la Ascensión, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, que este año llega a la 52ª edición, y con un lema y un mensaje que el Papa Francisco nos propone: «‘Fake news’ y periodismo de paz. La verdad os hará libres (Jn 8,32)». En todo el mundo se vive un momento de imposición de relatos, a veces con medios indignos, como las falsas noticias (fake news).

En un contexto de comunicación cada vez más veloz e inmersos en un sistema digital, con tantos blogs y páginas informativas, con anónimas reacciones y aportaciones inmediatas, asistimos hoy a este fenómeno de las noticias falsas. El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad es dejarse purificar por la verdad, y previniendo la difusión de las noticias falsas, debemos poner de relieve el valor de la profesión periodística y la responsabilidad personal de cada uno en la comunicación de la verdad.

El Mensaje para 2018 del Papa, habla de lo que hay de falso en las noticias falsas, cómo podríamos reconocerlas y comenta las palabras de Jesús que «la verdad os hará libres» (Jn 8,32). Hace notar sobre todo el vínculo que existe entre la paz y la noticia verdadera, ya que como él dice, «el mejor antídoto contra las falsedades no son las estrategias, sino las personas, personas que, libres de la codicia, están dispuestas a escuchar y permiten que la verdad emerja a través de la fatiga de un diálogo sincero; personas que, atraídas por el bien, se responsabilizan en el uso del lenguaje». Y subraya que, en el mundo contemporáneo, el periodista no realiza sólo un trabajo, sino una verdadera y propia «misión”.

Informar es formar, es involucrarse en la vida de las personas. por ello la verificación de las fuentes y la custodia de la comunicación son procesos de desarrollo del bien verdaderos y propios que generan confianza y abren caminos de comunión y de paz. El Papa demanda un «periodismo de paz», que «vaya contra las falsedades, los eslóganes efectistas o las declaraciones altisonantes; un periodismo hecho por personas y para personas, y que se comprende como servicio a todos, especialmente a aquellos -y son la mayoría en el mundo- que no tienen voz; un periodismo que no queme las noticias, sino que se esfuerce en buscar las causas reales de los conflictos para favorecer la comprensión de sus raíces y su superación a través de la puesta en marcha de procesos virtuosos; un periodismo empeñado en indicar soluciones alternativas a la escalada del clamor y de la violencia verbal».

Finalmente lo resume en una oración que es todo un gran programa de acción para los informadores y los que utilizamos internet y otros medios: “Señor, haznos instrumentos de tu paz. Haznos reconocer el mal que se insinúa en una comunicación que no crea comunión. Haznos capaces de quitar el veneno de nuestros juicios. Ayúdanos a hablar de los otros como de hermanos y hermanas. Tú eres fiel y digno de confianza; haz que nuestras palabras sean semillas de bien para el mundo: donde hay ruido, haz que practiquemos la escucha; donde hay confusión, haz que inspiremos armonía; donde hay ambigüedad, haz que llevemos claridad; donde hay exclusión, haz que llevemos el compartir; donde hay sensacionalismo, haz que usemos la sobriedad; donde hay superficialidad, haz que planteemos interrogantes verdaderos; donde hay prejuicio, haz que suscitemos confianza; donde hay agresividad, haz que llevemos respeto; donde hay falsedad, haz que llevemos verdad. Amén”.

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