El Arzobispo de Urgell remarcó que esta fiesta celebra Cristo como Luz y Redentor de la humanidad, fuente de nuestra esperanza y único Camino hacia el Padre, que lo revela y que nos hace hijos adoptivos de Dios, divinizándonos y llenándonos de su luz, para que la testimoniamos con buenas obras. Cristo sigue revelando hoy su amor, y se nos muestra en la montaña y en otros lugares porque quiere ser Amigo amado y Señor de nuestras vidas. Animó a hacer memoria agradecida de las personas que nos han ayudado a conocer la persona de Jesús, el tesoro más grande que tenemos los creyentes, y a recordar las pequeñas o grandes teofanías, o revelaciones luminosas, de nuestra experiencia personal de fe y de sentido en la vida, para poder continuar perseverando a pesar de la cruz o el dolor del camino de la vida. Es día para acoger la salvación de Cristo, «escuchando, amando y siguiendo al Hijo Amado de Dios».
Al final de la misa, el Arzobispo bendijo los panes de la compartición que nos hablan de solidaridad con los más necesitados, y con el pueblo girando a los cuatro puntos cardinales, bendijo el término, el municipio, la Cerdanya y toda la Diócesis, con las personas que cada uno llevaba en el corazón, sin olvidar el momento que atraviesa nuestro país.
El Ayuntamiento invitó después generosamente a torta y moscatel. Toda la semana se desarrollan actos lúdicos y festivos en Prats, para festejar San Salvador.
