Al no poder realizar el Encuentro anual de la Coordinadora internacional de obispos para la Tierra Santa (Holy Land Co-ordination), en la que participa Mons. Joan-Enric Vives, como representante de la Conferencia Episcopal Española, los obispos y sus colaboradores, como el Rv. José Gabriel Vera, de Medios de Comunicación de la CEE, se reunieron online, la tarde del pasado 15 de enero, coordinados por la Conferencia de Obispos del Reino Unido y Gales. Pudieron asistir una veintena de Obispos y colaboradores.
Recibieron información confidencial del Rector de la Parroquia de la Sda. Familia de Gaza, el Rv. P. Gabriel Romanelli, y del laico Sami El-Yusef del Patriarcado latino de Jerusalén, la Diócesis católica a la que pertenece Gaza. Compartieron los momentos tan dolorosos y precarios que viven los cristianos de Gaza y de Cisjordania. Les falta todo. Están compartiendo lo poco que tienen con los ortodoxos de la Parroquia de St. Porfiri, y también con los vecinos musulmanes. Los cristianos son 1.017 personas y han sufrido 27 muertos, por bombas y otros por tiradores del ejército israelí. Atienden el jardín de infancia discapacitados que llevan las Monjas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, y procuran ocuparse y atender a los niños y ancianos, los heridos y quienes están abatidos preferentemente. Todo es muy dramático en su situación. E igualmente en la Cisjordania o West Bank, donde el ejército y los colonos han creado un momento de gran tensión con la comunidad musulmana.
Piden que no abandonemos el interés por ellos, que no dejemos de peregrinar, que difundamos una cultura de paz, que elevemos nuestra voz para que se dé un cese de la guerra y de los ataques tan destructores, y ya piensan que será muy difícil la reconstrucción de todo el daño que están viviendo y la división será muy difícil de curar. Debemos intensificar la oración de comunión con aquellos hermanos cristianos y con todos los que sufren la guerra, extremando la solidaridad con todas las víctimas, con Gaza, y con los rehenes israelíes. Valoran lo que el Patriarca latino Cardenal Pizzaballa está realizando con la Nunciatura, así como la solidaridad de tantos otros en todo el mundo. Que no puedan pensar que la comunidad internacional les ha olvidado y se desentiende.