El grupo “Estel”, formado por jóvenes de La Seu d’Urgell, llevaron a cabo la tradicional representación de “Els Pastorets” (Los pastorcillos) en el salón de actos del colegio La Salle, el domingo 14 de enero, a las seis de la tarde. Asistieron el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives y el Rector de la Parroquia de San Odón, Mn. Ignasi Navarri, que concluyeron el acto con la entrega de un obsequio a todos los participantes, actores, músicos, directores de escena, maquilladoras y control técnico. Ambos agradecieron la buena disposición de quienes hacen posible este espectáculo, grandes y pequeños, señalando su papel religioso y cohesionador, así como de proyección personal de los jóvenes que actúan y rompen el miedo con el escenario.
Acompañados de un buen número de familiares, vecinos de La Seu y de amigos, un numeroso grupo de 32 chicos y chicas de edades muy diversas, actuaron como fures de l’infern, el popular Rovelló y Llúcia, el rabadà, los ángeles, y tantos otros personajes que, siguiendo el libreto original de Josep M. Floch i Torres (1880-1950), explicaron al público, en las diversas escenas, que el bien siempre triunfa ante el mal, inspirando en el relato evangélico de la Navidad. Este texto, a menudo escrito en verso y con una estructura dramática que incorporaba elementos artísticos diferentes como la proyección de imágenes en vídeo, o algunos elementos monumentales, como la caldera de Pere Botero, lo hizo pasar bien a los asistentes.
La actividad tuvo el acompañamiento de música en directo, con la interpretación de Patrícia Navas, Esperanza Gonçálves, Arantxa Terreros, Cristina Aroca; y la dirección compartida por Alba Vilarrubla, el hermano de La Salle Josep Solsona, Nicha Roca, Silvia Rodriguez, y Carles Martin, con el empuje de Mn. Jordi Miquel, encargado de la iglesia de Santa Magdalena y alma del espectáculo. Los ensayos empezaron en el mes de octubre, y reunieron a jóvenes de La Salle, y de otras escuelas de la ciudad.
Els Pastorets es una de las tradiciones navideñas más arraigadas a nuestro país y mueve anualmente a miles de espectadores en pueblos y ciudades. Cientos de representaciones se acumulan cada año por todas partes, en una franja de calendario que suele ir de mediados de diciembre hasta finales de febrero.
