La 24ª edición de la Pascua del Enfermo se celebró el día 21 de mayo en el Centro de Congresos de Andorra la Vella (Principado de Andorra) y en la Parroquia de St. Esteve, y fue presidida por el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, y el Delegado diocesano y Vicario General, Mn. Ignasi Navarri, y con la asistencia de la Vicedelegada Hna. Marcela y muchos agentes de la pastoral de la salud, miembros de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes, personas vinculadas al entorno sanitario, muchos voluntarios y también enfermos y ancianos, en un ambiente de muy buena hermandad.
El encuentro se inició con la oración dirigida por Mn. Navarri del mes de María, poniendo toda la jornada bajo la protección de la Virgen. A continuación, Mn. Ramon Sàrries, Arcipreste de los Valles de Andorra y Rector de la Parroquia de St. Esteve, dio la bienvenida a los asistentes, enmarcando la celebración de la 24ª Pascua del enfermo. A continuación, Mons. Vives, presentó al conferenciado de la jornada, Dr. Joan Orrit Clotet, Director Gerente del Hospital Sant Benet Menni CASM Hermanas Hospitalarias de Sant Boi de Llobregat, miembro del Consejo diocesano para los Asuntos económicos de Urgell, casado, padre de familia, vocal-presidente del Consejo de Sector de Atención a la Salud Mental de la Unión de Entidades Sanitarias y Sociales de Cataluña.
En sus palabras de bienvenida el Arzobispo destacó la alegría pascual de reencontrarse presencialmente después de dos años de pandemia y enmarcó la celebración de la jornada de la Pascua del enfermo que siempre permite profundizar en diversas temáticas que son de interés para los miembros de la Hospitalidad de Lourdes y agentes de pastoral de la salud. Este año se ha centrado en las consecuencias para la salud mental de la pandemia. Mons. Vives recordó cómo las residencias, la gente mayor, los profesionales sanitarios y las profesiones esenciales, han vivido momentos muy complicados a causa del covid19 y cómo los presbíteros y diáconos han intentado estar cerca de los enfermos y de sus familias en situaciones muy complicadas como las de fin de la vida. El Arzobispo rezó por las personas víctimas del covid y animó a no olvidar la dimensión espiritual y sacramental que el acompañamiento a los enfermos siempre debe tener entre nosotros.
El Dr. Orrit impartió una conferencia sobre “Salud mental y pandemia”, profundizando desde el punto de vista sanitario en lo vivido a lo largo de los dos años de pandemia, a partir de los estudios científicos y de la experiencia profesional vivida en el Hospital Sant Benet Menni. El Dr. Orrit subrayó cómo la pandemia de la covid19 fue un momento de inflexión para el personal sanitario y para la comunidad científica en general ya que en sus inicios la situación fue desbordante para enfrentarse a un virus desconocido y de consecuencias imprevisibles que afectaba gravemente a la salud de las personas. Recordó la falta de equipos de protección individual (EPIS) y cómo diversas profesiones se convirtieron en esenciales, poniendo, por ejemplo, al personal de limpieza. Cómo hubo que trabajar no de forma vertical sino horizontal, asumiendo cada uno mucha responsabilidad, y aplicando unos planes de contingencia que eran a menudo divergentes y que resultaban insuficientes ante la virulencia de la pandemia. Destacó como un elemento central la atención espiritual a los enfermos y cómo la dimensión ética se mostró especialmente importante a la hora de no descartar a ningún enfermo por criterios de edad o de discapacidad, y cómo la atención espiritual integral, especialmente en en los momentos finales de la vida, se mostró como un elemento esencial: no siempre se puede curar pero siempre se puede cuidar. Por eso el Dr. Orrit animó a no olvidar las consecuencias que la pandemia ha generado en muchas personas, especialmente jóvenes, a nivel mental, con adicciones, problemas cognitivos, carencia de atención, falta de sueño y aumento generalizado del uso de ansiolíticos y muchas otras patologías. Animó a los agentes pastorales y a los voluntarios a no estigmatizar las enfermedades mentales y normalizar su tratamiento, e insistió en la necesidad de que los gobiernos y las instituciones inviertan más recursos económicos en salud y, especialmente, en salud mental. La visión humanista cristiana es esencial para el Dr. Orrit en el tratamiento de los enfermos y de las patologías mentales y en este sentido recalcó la importancia de la espiritualidad y del carisma propio que Sant Benet Menni inculcó en las Hermanas Hospitalarias.
Tras la conferencia tuvo lugar un diálogo abierto con preguntas al Dr. Orrit que concluyó Mons. Vives destacando dos aspectos: en primer lugar, recordando cómo la reciente edición de la Cátedra de pensamiento cristiano del Obispado de Urgell subrayó el valor del cuidado en su dimensión espiritual y cómo el Dr. Francesc Torralba, Director de la Cátedra del Obispado de Urgell, ha sido nombrado recientemente Director del Comité de Ética del Complejo de salud mental Hermanas Hospitalarias de St. Benito Menni. En segundo lugar, el Arzobispo informó que el Dr. Orrit y las Hermanas Hospitalarias serán los encargados de la gestión de un Centro de Salud Mental del Pirineo ubicado en un ala del Seminario de La Seu, cuyo proyecto se está terminando, siempre en colaboración con las autoridades sanitarias del Principado de Andorra y del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.
A continuación tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en la iglesia de San Esteban de Andorra la Vella que fue presidida por el Arzobispo y concelebrada por el Arcipreste, por el Vicario General y delegado de la Pastoral de la salud; por el Viceconsiliario de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes; así como Mn. Jaume Soy, Rector de Escaldes-Engordany y Mn. David Codina. En su homilía el Arzobispo glosó las lecturas de la Misa proclamadas en ese día donde Jesús recuerda que sus seguidores serán perseguidos, como lo fue Él mismo. Pero que su nombre nos protege. Mons. Vives animó a los agentes pastorales a cuidar integralmente a los enfermos, desde una perspectiva cristiana, y a llevarles la alegría del Evangelio que es capaz de superar las dificultades y contrariedades y destacó cómo los enfermos son los preferidos del Reino de Dios, como nos lo recuerda la tradicional peregrinación al Santuario de la Virgen de Lourdes, a la vez que ellos son agentes evangelizadores de primera línea.
Una comida de hermandad de los participantes en la Jornada concluyó la gozosa celebración.