El día 22 de diciembre murió en Puigcerdà Mn. Ramon Arderiu i Forcada, a los 80 años y 56 de ministerio presbiteral. La misa exequial, presidida por Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo de Urgell, tuvo lugar la mañana del día 24 de diciembre en la iglesia de Sta Maria de Puigcerdà. Concelebraron con el Arzobispo el Vicario General Mn. Navarri, el Arcipreste de Núria-Cerdanya, Mn. Josep Uriel Álvarez, Rector de la Parroquia, Mn. Josep Grau y varios presbíteros y el diácono Carles Llopis, hijo de Puigcerdà. A la Eucaristía asistieron sus familiares, el Alcalde de la Villa de Puigcerdà, Ilmo. SR. Albert Piñeira y un buen grupo de fieles.
Al inicio de la celebración, como es costumbre de la Diócesis, se leyó un breve resumen del recorrido pastoral de la vida de Mn. Ramon Arderiu que se adjunta:
Mn. Ramon ARDERIU FORCADA nació en Bellvís el día 10 de octubre de 1942. Cursó los estudios de Filosofía y de Teología en el Seminario Diocesano de Urgell, y fue ordenado presbítero en Santa Maria de Balaguer el 29 de junio de 1966.
Estrenó su sacerdocio como Vicario de Organyà y Encargado de Gavarra y Valldarques.
En 1970 el sr. Obispo le nombró Vicario de Guissona y Ecónomo de Gra y Torrefeta. En 1983 pasa a ser Ecónomo de Montgai, Butsènit d’Urgell y Pradell de Sió.
En 1990 el sr. Obispo le nombró Rector de Térmenes y Menàrguens pueblos que sirvió pastoralmente durante 10 años, hasta el año 2000, cuando se le confió la Parroquia de la Virgen de los Ángeles de Llívia, así como las parroquias vecinas de Guils de Cerdanya, Les Pereres, Queixans, Saneja y Talltorta.
En 2005 se le añadiría la parroquia de Alp y las Parroquias vecinas de Urtx, Das, Mossoll, Sanavastre, Urús y Estoll. Y en 2015 también se le confían Age, Meranges y Vilallobent continuando con los otros servicios parroquiales que ya llevaba a cabo.
En 2020 el sr. Arzobispo le acepta su jubilación canónica y pasó a residir en Puigcerdá donde colaboraba pastoralmente con la Parroquia de Sta. María y fue atendido y acompañado fraternalmente por el Rector, Mn. Josep Grau y por el Arcipreste de Núria-Cerdanya, Mn. Josep Uriel Álvarez.
El 15 de noviembre de 2022 pudo entrar en la Residencia para personas mayores de Puigcerdà, donde ha sido cuidado y atendido en el último tramo de su vida hasta que el día 22 de diciembre traspasó acompañado por su familia y sacerdotes de Puigcerdá. ¡Repose en la Paz de Cristo!
En su homilía el Arzobispo destacó el don que todo sacerdote es para el Pueblo de Dios por la imposición de las manos de su obispo y el Espíritu Santo que lleva en su ministerio sacerdotal. El Arzobispo recordó como «tanto si vivimos como si morimos somos del Señor» y que la fe que Mn. Ramon recibió de pequeño por su bautismo fue madurando hasta su entrega un día del año 1966 como presbítero y que le llevó a servir varias comunidades parroquiales.
Mons. Vives destacó la atención que tuvo cuidando y atendiendo a su madre hasta el final de su vida como un buen hijo. Y recordó cómo la Eucaristía siempre es participación en el memorial de la pasión, muerte y resurrección del Señor y que creemos que un día nos reencontraremos con nuestros seres queridos. Agradeció la acogida y labor que los sacerdotes de la Parroquia de Puigcerdá, los feligreses así como las autoridades de la Villa de Puigcerdá y las de la residencia ofrecieron en el último tramo de la vida de Mn. Ramon y pidió a los fieles que, a pesar de los límites de la condición humana, valoraran el servicio y don que todo sacerdote lleva y es para los demás, y que perseveráramos orando por las vocaciones.
Terminada la celebración de la Misa exequial, sus restos mortales fueron trasladados a El Poal donde reposarán junto con los de su madre y familiares, como él deseaba, y en el cementerio tuvo lugar una oración presidida por Mn. Joan Pujol, compañero de curso de Mn. Arderiu, y por Mn. Jerrick Banzuela, actual párroco de El Poal.