Misa en Gósol en sufragio de Mn. Ramon Anglerill

El día 6 de octubre en la Parroquia de la Virgen Asunta de Gósol, en la Eucaristía dominical del domingo, el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives presidió una Eucaristía en sufragio del alma de Mn. Ramon Anglerill Vilar, presbítero incardinado en Solsona, Rector de Gósol, Tuixent y pueblos vecinos desde hacía 48 años, que había muerto en Berga el pasado día 28 de septiembre. Concelebraron con el Arzobispo Mons. Josep M. Mauri, Vicario General, y Mn. David Codina, Secretario general.

A la Eucaristía asistieron la familia de Mn. Ramon Anglerill y una gran cantidad de fieles de Gósol y de los pueblos vecinos de Tuixent, Adraén, La Vansa y Fornols del Cadí encabezados por el Ilmo. Sr. Alcalde de Gósol, Sr. Lluís Campmajó. La Misa fue solemnizada bellamente por los cantos de la coral parroquial de Gósol, Saldes y Tuixent.

En su homilía el Arzobispo glosó las lecturas proclamadas en aquel domingo XXVII del tiempo ordinario. Recordó la profecía de Habacuc, que «el justo vivirá por su fe». Necesitamos tener fe y esperanza en el Señor de la historia que vence con su pasión, muerte y resurrección todos los males y nos da la salvación. Y hizo notar que en la segunda lectura San Pablo recuerda a Timoteo que debe procurar «reavivar la llama del don de Dios que llevas en virtud de la imposición de mis manos» porque el tesoro del ministerio ordenado «es valioso. Guárdalo con la fuerza del Espíritu Santo que vive en nosotros«. Este tesoro del ministerio ordenado que tiene todo presbítero por la ordenación presbiteral brilló intensamente en la vida de servicio abnegado y entregado pastoralmente de Mn. Ramon Anglerill. Finalmente, en el Evangelio los apóstoles piden tener más fe, una oración que tenemos que hacer nuestra. Jesús dice que sólo nos haría falta tener «una fe pequeña como un grano de mostaza». Todo cristiano es un hombre de fe y el presbítero especialmente ya que debe dar testimonio con sus obras y el ejercicio de la caridad pastoral de su propia fe. El Arzobispo destacó cómo Mn. Ramon Anglerill le iban bien las palabras que Jesús destaca en el Evangelio de este domingo, que conviene que nos creamos: «Somos siervos sin ningún mérito, inútiles: no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber«. Trabajar en la viña del Señor, cooperar como discípulos, pero siempre con humildad, sin darnos importancia ni esperar condecoraciones. Estar contentos de poder trabajar con Jesús y para Jesús, y por su Cuerpo que es la Iglesia, siempre al servicio de todos sin distinciones. Mn. Ramon es buen ejemplo. La entrega sencilla, constante y ejemplar en el pueblo acompaña la luminosidad del testimonio sacerdotal de Mn. Ramon, y hemos de dar gracias a Dios, en espera de su intercesión por nosotros.

Al final de la Eucaristía el Arzobispo acompañado de la familia de Mn. Ramon y de muchos fieles se dirigieron al cementerio donde reposan sus restos, junto a las de Mn. Josep M. Ballarín, y allí presidió una última oración por el eterno reposo de su alma acompañada de los cantos de la coral parroquial que le dedicaron cantos de loor de la Virgen de Gósol.

Compartir