Lectura creativa

Queridos diocesanos, querida Iglesia de Urgell:

En pleno verano, en medio del calor y de días de familia y convivencia amistosa, os invito a redescubrir la lectura en familia como una herramienta vertebradora de comunión y de crecimiento espiritual.

El poeta francés Victor Hugo ya decía: “Quien leía, viajaba”, una idea muy extendida en el ámbito de la literatura universal. El ejercicio de la lectura conduce a una gran imaginación que nos transporta a lugares que jamás habríamos podido suponer.

Cada uno de nosotros ha recibido una formación que, en este tiempo de vacaciones, también conviene cuidar, para poder compartirla con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con los vecinos. Toda nuestra existencia es una formación continua para llegar a ser Amigos fuertes de Dios, como diría la santa castellana, santa Teresa de Jesús.

La disciplina de leer un rato cada día en silencio nos hace escuchar lo más profundo de nuestras vidas y los significados más ocultos. Al mismo tiempo, entramos en una historia de vida, en una realidad que no es la nuestra, y comenzamos, sin darnos cuenta, un ejercicio de salir de nosotros mismos para abrirnos a una existencia que ha sido creada por amor.

Este verano os hago una propuesta no solo educativa sino también cristiana: recuperemos la lectura en familia. Por la mañana, por la tarde, antes de las comidas, cuando sea, establezcamos un momento en el que, sentados en casa, podamos leer y compartir después nuestra lectura para crecer como personas y, de paso, también viajar con la imaginación y, ¿por qué no?, descubrir tantas historias y relatos que pueden ser significativos y así formarnos como personas, como hijos de Dios.

No todo el mundo puede emprender viajes de gran coste económico o irse de vacaciones fuera de su localidad, pero sí que podemos salvaguardar la dignidad que se nos ha dado como hijos de Dios, creando este buen hábito de la lectura en familia, concluyéndolo con la señal de la cruz.

Hoy os sugiero leer un libro de la Biblia, concretamente del Primer Testamento: el libro del Cántico de los Cánticos, un libro de poesía, de verso, pero con una narrativa que nos guía hacia una experiencia de relación entre el Amado —Dios, nuestro Padre— y el Amigo —cada uno de nosotros—, o dicho en otro lenguaje, entre el Esposo y la Esposa. Sumergámonos en este libro apasionante y hagamos crecer en nosotros el don del amor y de la paz que viene de Dios y que nos llevará a servir a nuestras familias, que más necesitarán de este amor.

El Cántico de los Cánticos es una exaltación del amor humano auténtico, entendido como un don de Dios y una expresión de su mismo amor: como un lirio entre los cardos, así es mi amada entre las doncellas (Ct 2,1).

Muy buena lectura en familia, tejiendo unas relaciones más justas y pacíficas, de vuestro servidor,

✠ Josep-Lluís Serrano

Obispo de Urgell

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