Una cincuentena de personas participaron, el viernes 10 de octubre, en la visita guiada “De San Roque a Santa Rosa. Descubrimos las Capillas de La Seu de Urgel”, organizada por el Museo-Catedral de La Seu d’Urgell y Catalonia Sacra. Esta propuesta, enmarcada dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio (JEP) 2025, permitió conocer las capillas del centro histórico: algunas dedicadas a santos muy populares, y otras más curiosas, como la de San Emidio.
El itinerario, conducido por la guía turística Sra. Pilar Alàez, comenzó en la capilla de San Roque, en la calle de los Canonges, dedicada al santo protector contra la peste y las epidemias. La devoción a este santo en la ciudad surge a raíz de la epidemia de cólera ocurrida entre 1854 y 1855, cuando los habitantes de La Seu de Urgel le dedicaron esta pequeña capilla y realizaron el Voto del Pueblo, que aún hoy se recuerda con una misa y los gozos del santo cada 16 de agosto. La visita continuó con la capilla de San Emidio, también en la calle de los Canonges, un santo italiano protector contra los terremotos. La devoción en la ciudad se remonta a 1789, tras los seísmos que afectaron la zona el año anterior. Según la tradición, la capilla se levantó al final de la calle para proteger la ciudad de los terremotos.
Los participantes también pudieron conocer la Virgen de la Leche o Virgen de las Nieves, situada en la calle Mayor. Se trata de una imagen particularmente venerada por las madres lactantes, quienes llevaban velas en señal de devoción y agradecimiento. En la calle dels Jueus, dos pequeñas capillas dedicadas a San Antonio de Padua, patrón de las causas perdidas y “santo del matrimonio”, evocan una antigua tradición: una de ellas solo se mostraba públicamente el día de su fiesta, el 14 de junio. El recorrido incluyó también la Virgen del Carmen, que recuerda el lugar donde se alzaba la antigua capilla carmelita de la ciudad, y la capilla de Santa Rosa de Lima, en la calle Capdevila, datada a finales del siglo XVIII. Esta última capilla se asocia al comercio con las colonias de ultramar decretado por Carlos III en 1773, momento en el que se introdujeron en Cataluña diversas devociones americanas, como la de esta santa.










