La educación de la fe en el tiempo libre

Queridos diocesanos,
querida Iglesia de Urgel,

Nuestro territorio diocesano, durante los veranos, se transforma para mostrar una gran oferta de educación en el tiempo libre para muchos niños y niñas. Disfrutan de la naturaleza y las montañas, conocen nuevas amistades, asumen responsabilidades fuera del ámbito familiar y también fortalecen los lazos afectivos hacia el padre, la madre y los hermanos desde la distancia. En definitiva, las estancias en colonias y campamentos son días para fortalecer y hacer madurar el futuro de nuestra sociedad: nuestra juventud.

La educación de la fe en el tiempo libre se ha convertido, en los últimos tiempos, en una realidad más necesaria que nunca. Educar en la fe, hacer surgir la dimensión trascendente y espiritual de nuestros niños en medio de unas estancias de verano, puede hacer que el adolescente o preadolescente descubra un Dios que lo ama y lo valora.

La etimología de la palabra educar proviene de las raíces latinas educare y educere, ambas relacionadas, que significan orientar, guiar, alimentar y sacar de dentro, extraer a la luz lo que hay en el interior. El verdadero educador hace posible que quien aprende salga de sí mismo, muestre lo mejor que tiene y, al mismo tiempo, introduzca en su interior la ilusión, la motivación y la capacidad de crecer en sabiduría para llevarla a la vida.

Los campamentos, las colonias de verano en Aina, Bastanist, Vilanova de Meià y tantos otros lugares de nuestro territorio diocesano son verdaderas comunidades educativas en el ámbito de la fe. También la Fundación «Esplais Santa Maria de Núria» ofrece este verano diferentes actividades y cursos para monitores y directores de la educación en el tiempo libre.

Todo un esfuerzo para valorar y agradecer a tantos monitores y responsables que, durante este verano, están convirtiendo sus vidas en escuelas para hacer crecer a los niños y niñas, dándoles las herramientas y los fundamentos de una vida de servicio y entrega para el mañana.

El lema del escultismo habla de estar preparados y disponibles para ayudar, colaborar y ser portadores de comunión y servicio dondequiera que estemos. En definitiva, este tiempo de verano ayudará a que, en muchas familias, los hijos puedan ser constructores de una sociedad renovada. Una sociedad en la que la persona humana esté en el centro del desarrollo, y que sea una realidad abierta, donde el hecho religioso sea algo positivo y constructivo para el futuro.

Con saludo y afecto para todos los que dedicáis el verano a construir una comunidad donde la espiritualidad y la transmisión de la fe en el tiempo libre sean una expresión más de pluralidad y servicio a quienes más lo necesitan: familias vulnerables y niños con necesidades educativas especiales. Hagamos que nuestra Iglesia de Urgel, todos nosotros, mostremos al mundo que la educación en el tiempo libre es fundamental para una sociedad con fe y compromiso social.

Con agradecimiento, De vuestro servidor,

✠ Josep-Lluís Serrano
Obispo de Urgel

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