Más de un centenar de personas han participado con alegría en la peregrinación por el Jubileo de la Esperanza, que se ha llevado a cabo en el santuario del Santo Cristo de Balaguer, presidido por el Obispo de Urgell, Mons. Josep-Lluís Serrano, y con el asesor del movimiento en Urgell, Mn. Jordi Vásquez, y el presidente de la entidad, Sr. Mariano Carbonell. También ha asistido, invitado, el presidente de la comisión interdiocesana de Vida Creciente en Cataluña, Sr. Vicenç Quinquilla. Los grupos participantes han venido de toda la diócesis: de la Cerdanya, Andorra, Noguera, Baridà-Alt Urgell.
La jornada comenzó con la bienvenida a las diez y cuarenta y cinco de la mañana por parte de Mons. Serrano, el asesor diocesano, el presidente de Vida Creciente en Urgell y el Rector del Santuario, Mn. Joan Pujol. Mons. Serrano destacó la importancia de este movimiento y animó a los asistentes a hacerse presentes en la sociedad actual, que necesita la sabiduría y la perseverancia de las generaciones mayores. Mn. Pujol hizo una breve historia del santuario y de su significado en la diócesis. Al finalizar, los grupos se desplazaron al templo, donde, tras una introducción de la Hna. Victoria Triviño sobre la comunidad de las Hermanas Pobres de Santa Clara, se preparó la procesión jubilar.
La procesión jubilar se inició en los jardines del santuario, bajo la arboleda, donde Mons. Serrano animó a los presentes a sentir la gracia del Jubileo, en un día de comunión. Acompañados por Mons. Serrano y los sacerdotes que venían con los grupos —Mn. Ramon Sàrries, Mn. Alfons Velásquez, Mn. Jordi Vásquez, Mn. Pere Cañada—, junto con el seminarista Carlos Rosas, los grupos realizaron el recorrido hasta entrar en la Basílica del Santo Cristo cantando el himno del jubileo.
La celebración eucarística tuvo una gran participación, con las lecturas, las ofrendas y las oraciones realizadas por integrantes de los distintos grupos parroquiales de Vida Creciente y, al finalizar, las Hermanas Pobres de Santa Clara representaron la llegada del Cristo río arriba por el Segre, hasta llegar a la comunidad asentada en Balaguer. La oración final ante el Santo Cristo puso el punto y final a la celebración.
En su homilia, Mons. Serrano habló de la misión del movimiento católico: llevar el mensaje evangélico a las personas mayores y jubiladas, fomentando su crecimiento en la fe, la amistad y la participación activa como miembros útiles de la Iglesia y de la sociedad. Recordó a los presentes que la Palabra de Dios nos habla de Esperanza y de vida nueva, y les propuso un camino de tres pasos: recuperar el entusiasmo por vivir como cristianos, porque somos amados, y redescubrir el tiempo de oración en nuestras iglesias parroquiales; visitar a los abuelos que viven solos y acompañarlos; orar por la diócesis para que la misión del Evangelio arraigue cada vez más. Les recordó que somos esperanza para nuestros hermanos y que, siguiendo el testimonio de la Madre de Dios, toda nuestra vida debe ponerse al servicio del Señor.