“Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder” (Ex 15,6)

Desde el día 18 y hasta el 25 de enero estamos celebrando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que ha cumplido ya más de un siglo desde el primer Octavario por la unidad de la Iglesia (1908). Una historia bella de reconciliación, unidad y acercamiento fraterno entre todas las Iglesias y comunidades que tenemos a Cristo por Dios y Señor, y compartimos un mismo bautismo y un mismo Padre. El Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias han propuesto como lema del 2018 el texto del Éxodo: “Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder” (15,6), que quiere ayudarnos a buscar la unidad durante todo el año, y no sólo en estos días. Se trata de orar juntos, conocernos mejor, y acercarnos todos más a Cristo, para que nos conceda el don de la unidad que Él pidió ardientemente en el Cenáculo: “Que todos sean uno. Como Tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste” (Jn 17,21).

Los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de este año han sido preparados por las Iglesias del Caribe. La historia del cristianismo en esta región del mundo  tiene una paradoja. Por un lado, la Biblia fue utilizada por los colonizadores para justificar la subyugación de los habitantes indígenas de estas tierras, junto con otros que fueron traídos de África, la India y de China. Muchos fueron exterminados, esclavizados y sometidos a condiciones de trabajo injustas. Por otro lado, la Biblia se volvió una fuente de consuelo y de liberación para muchos que sufrían de la mano de los colonizadores. Hoy en día la Biblia sigue siendo una fuente de consuelo y liberación que continúa inspirando a los cristianos del Caribe para hacer frente a las condiciones que ponen en peligro la dignidad y la calidad de la vida. Mientras caen cadenas de esclavitud, nuevos lazos de amor y comunión emergen en la familia humana y expresan la unidad por la que los cristianos oramos. Podemos ver el actuar de la diestra de Dios en el final de la esclavitud. Esta es una experiencia unificadora de la acción salvífica de Dios que da libertad. Por este motivo es apropiada la elección del canto de Moisés y María (Ex 15,1-21) como tema para esta Semana 2018, pues es un canto de victoria sobre la opresión.

¿Qué esperanza pueden ofrecer los cristianos? Es triste que la división de los cristianos sea un antitestimonio que hace difícil poder transmitir esperanza. Al contrario, cuando los cristianos nos esforzamos por la unidad, en un mundo marcado por los conflictos, ofrecemos un signo de reconciliación. Cuando nos negamos a entrar en una lógica de privilegios y a devaluar a los demás, damos testimonio de la paz del reino de Dios que necesita el mundo, la que trae sanación y consuelo a los afligidos por la violencia. Cuando estamos unidos, nos volvemos más plenamente la presencia de Cristo en el mundo, con más capacidad para oír, escuchar y responder. De este modo, en vez de aumentar el volumen de la discordia, nos hacemos más capaces de escuchar y, en consecuencia, de discernir las voces que necesitan ayuda. Con los cristianos del Caribe, invoquemos en estos días al Espíritu Santo para que haga arder nuestros corazones mientras rezamos por la unidad de la Iglesia. Que una a sus siervos con el lazo de la unidad y nos renueve.

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