Fiesta de San Antonio Abad en la Catedral

La fiesta de San Antonio Abad se celebró en toda la Diócesis de Urgell con intensidad el día 17 de enero, que este año coincidía en domingo.

En muchas parroquias se celebraron Misas con la presencia de fieles y devotos de San Antoni Abad. También tuvieron lugar bendiciones de animales de compañía y ganado, panecillos y escudellas. Este año, sin embargo, con más austeridad para respetar las medidas sanitarias por la pandemia actual.

En la Catedral de Santa María de La Seu d’Urgell, la Misa Solemne fue presidida por el Arzobispo Joan-Enric y se celebró con la asistencia de las Autoridades de la ciudad de La Seu d’Urgell, encabezadas por el alcalde Ilmo. Sr. Jordi Fàbrega y el Presidente de la Cofradía de San Antonio, Sr. Antoni Muntada, y los abanderados saliente y entrante. Concelebraron con el Arzobispo los Vicarios Generales de la Diócesis.

En su homilía Mons. Vives glosó las lecturas proclamadas en aquel domingo que ponían de manifiesto la importancia de la vocación de todos los bautizados, como seguimiento dócil y humilde del cordero de Dios, ya que Dios se manifiesta y nos «llama» para que le ayudemos y colaboramos con Él. En la primera lectura, Samuel, escucha la voz de Dios que le llama pero no es capaz de reconocerle hasta que Elí le ayuda a discernir que es Dios quien le está llamando. Y en el Evangelio Jesús llama a Andres y su hermano Simón Pedro después de que Juan Bautista les indicara al Cordero de Dios, Jesús.

El Arzobispo destacó cómo la Cofradía de San Antonio de La Seu de Urgell, documentada al menos desde el año 1904, nació precisamente en tiempos de peste y pandemia para que todo el mundo tuviera un plato caliente en la mesa diariamente. Este 2021, la pandemia actual nos hace volver a la esencia de la cofradía: la solidaridad compartida especialmente con los más necesitados. Este año no se ha podido hacer y repartir el tradicional «caldero», que en La Seu d’Urgell repartía más de 7000 raciones, ni el paseo de las tres vueltas, pero los Cofrades han querido ser solidarios con las familias más necesitadas haciéndoles donaciones de alimentos y, en un ejercicio de fe que el Arzobispo les ha agradecido especialmente, han querido mantener la celebración de la Eucaristía, la bendición y reparto de los panecillos y la bendición de los animales. Mons. Vives glosó la figura de San Antonio Abad, padre de los monjes, a quien llamaban «el amigo de Dios» por la vida de oración, piedad y sobriedad que llevaba y ha invitado a todos los fieles a ser amigos de Dios poniendo a Dios como el único (de ahí viene la palabra monje) y lo primero y más importante de la vida. Precisamente la pandemia que vivimos nos lleva a hacer la búsqueda de lo que es más importante para nosotros, y a vivir con humildad.

En el ofertorio, tuvo lugar la tradicional bendición de los panecillos de San Antonio, que se repartieron entre los asistentes, siguiendo las medidas sanitarias, como signo de que la Eucaristía es pan partido para la vida del mundo, la vida del Señor que nos ha de llevar a compartir con los hermanos y a cuidarlos.

La Eucaristía fue solemnizada por la coral «Les Veus de La Seu».

Después de la Misa, el Vicario General y Rector de la Parroquia, Mn. Ignasi Navarri, llevó a cabo ante el portal norte de la Catedral la bendición de los animales, con la presencia de los tres ‘abanderados’: Jordi Armengol Obiols, el nuevo abanderado que llevaba el pendón de la Cofradía de San Antonio Abad, acompañado lado a lado por el abanderado propuesto Andreu Ramon Isus y el abanderado saliente, Ramon Dolcet Duran, respectivamente.

Compartir