El domingo 23 de marzo, el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric, presidió en la Parroquia de Santa Anna de Barcelona la Eucaristía de acción de gracias por el martirio de San Óscar Arnulfo Romero. Este acto, organizado anualmente por el Comité de Solidaridad “Óscar Romero” y la Asociación Católica Obrera del Vallès (ACO), conmemoró este año el 45.º aniversario de su asesinato mientras celebraba la Eucaristía en San Salvador.
Los actos comenzaron con un encuentro de reflexión titulado “¿Por qué causas vale la pena luchar hoy?”, a cargo del jesuita P. Andreu Oliva y de Mn. Peio Sánchez, rector de Santa Anna. Los participantes resaltaron la figura del santo obispo, asesinado el 24 de marzo de 1980 por los “escuadrones de la muerte” del general D’Abuisson.
A continuación, se celebró la Eucaristía, en catalán y castellano, presidida por el Arzobispo Joan-Enric y concelebrada por Mn. Peio Sánchez, Mn. Xavier Morlans y otros sacerdotes amigos del Comité. En su homilía, Mons. Vives expresó su satisfacción por participar en el acto, recordando su labor en Justicia y Paz de Barcelona y España. Destacó cómo San Óscar Romero es un ejemplo de fidelidad y amor a los más pobres, al igual que la Parroquia de Santa Anna de Barcelona, conocida como “Hospital de campaña”. También agradeció la labor de Mn. Peio y Mn. Morlans, y recordó con una oración a la recientemente fallecida y querida Hna. Vicky Molins.
Comentando la Palabra de Dios del III Domingo de Cuaresma, Mons. Vives resaltó que San Óscar Romero fue un modelo de la misericordia y paciencia de Dios, que espera que la higuera dé frutos. Subrayó su lucha por los derechos humanos y por su pueblo, entregando su vida por los más pobres y débiles. En este sentido, animó a los fieles a vivir con alegría la fe cristiana y a perseverar en el trabajo por la dignidad de las personas más vulnerables. Además, les exhortó a ser testigos y peregrinos de esperanza y perseverancia, como pide el Papa Francisco en este Año Jubilar.
Al final de la celebración, Mn. Peio Sánchez agradeció la presencia del Arzobispo y encabezó la procesión hasta la capilla donde se encuentra la imagen de San Óscar Romero, que conserva una reliquia suya. Allí, se depositó simbólicamente una palma en memoria de la palma de su martirio.