El día 29 de febrero se celebró en el Aula Magna del Ateneo Universitario Sant Pacià (AUSP) el Día de las Facultades, que contó como protagonista principal al Dr. Armand Puig Tàrrech: le fue entregada la medalla ad honorem (Medalla de Honor) de la institución. El acto, que fue presidido por el Gran Canciller de la AUSP, el Cardenal Juan José Omella, contó con la participación del cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, que impartió la ponencia «¿Qué teología para nuestro tiempo?» Estuvo presente el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, el Vicario General de Urgell, Mn. Josep M. Mauri y el Representante personal del Copríncipe, Sr. Eduardo Ibáñez.
Inició el acto el cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella, quien recordó cómo la «terquedad» del Dr. Armand Puig, es «la que hizo posible que se erigiese el Ateneo en nuestro país, y gracias a este tesón se han llevado a cabo estos primeros ocho años de la institución». Dijo que ahora está en Roma, colaborando como presidente del AVEPRO (Agencia de la Santa Sede para la Evaluación y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas) con el cardenal Tolentino, «que comparten ambos la misma pasión: la Sagrada Escritura, el Evangelio». A continuación, el prorector de la AUSP, el Dr. Joan Torra, reconoció y le agradeció al dr. Armand Puig la labor que ha hecho en el Ateneo: «lo ha hecho muy bien; sin él, este Ateneo no existiría con su fuerza y empuje».
El Dr. Agustí Borrell, biblista, fue el encargado de hacer la «laudatio», de poner de relieve los méritos del Dr. Armand Puig que justifican la concesión de la medalla ad honorem de la AUSP. El Dr. Borrell, compañero y amigo del Dr. Puig, recordó que “no se puede entender al personaje sin su vinculación con la Escritura: ha sido su pasión y su dedicación primordial, con diversas modalidades complementarias, el estudio, la investigación, la enseñanza, la traducción , la edición o la divulgación”. Y que el motivo principal por el que recibe la Medalla de Honor de la AUSP es “su contribución a la vida del Ateneo, empezando por su creación”, porque “no existiría sin él, sin su visión, su constancia y su capacidad de negociación y de persuasión”.
El Dr. Armand Puig expresó su sorpresa y emoción por el homenaje recibido, considerándolo un signo de amistad. Destacó su vinculación con el Ateneo como alumno, profesor, decano y rector desde su fundación. En su discurso, resaltó la creación del Ateneo como una institución heredada del Concilio Vaticano II y destaca las diversas facultades y centros que la componen. Subraya la importancia de la calidad en una institución universitaria, destacando los avances y reconocimientos conseguidos en los ocho años y medio de existencia del Ateneo. «La teología es la reflexión sapiencial de la fe, confesada y vivida, a la luz de la revelación y de la razón –la facultad nació en 1968–; la Facultad de Filosofía -1988- busca la razonabilidad de la fe y la carga de sentido aportada por la razón. Teología y filosofía, apoyadas sobre el pueblo cristiano y su sensus fidei, constituyen la traducción reflexiva y sapiencial de esta fe», expresó el Dr. Puig.