Confirmacionws en Puigcerdà

El domingo 12 de mayo, IV de Pascua, por la tarde el Arzobispo Joan-Enric administró el sacramento de la Confirmación a 13 jóvenes de la Parroquia de Sta. María de Puigcerdà. Concelebraron con el Arzobispo el Rector, Mn. Josep Grau y Mn. David Codina. Con anterioridad el Arzobispo había invitado a comer en Puigcerdà a los presbíteros de Cerdanya, porque en ese día se cumplían los 16 años de la sucesión su respeto de Mons. Joan Martí, y se había convertido en Obispo de Urgell y Copríncipe de Andorra (2003 a 2019).

En su homilía el Arzobispo glosó las lecturas proclamadas en el IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, animando a los fieles a reconocer con alegría profunda que Cristo Resucitado es nuestro Buen Pastor y que tenemos Pastor, que no somos ovejas dispersas y solas. En medio de las dificultades y problemas de la vida, o de las desorientaciones, los cristianos experimentamos la alegría profunda que tenemos un Buen Pastor que nos guía y nos orienta en el camino de la vida; siempre Cristo en medio de nosotros. Animó a los jóvenes a confiar mucho en esta amistad con Jesús Buen Pastor que han cultivado durante los años de catequesis y que nunca les dejará, si la cultivan a través de la oración, la participación semanal en la Eucaristía dominical, la confesión y las buenas obras de servicio a los pobres y los necesitados. Exhortó a no ser jóvenes encerrados en su propio egoísmo sino a estar abierto a las llamadas que Dios les pueda hacer en su vida. En aquel domingo que la Iglesia celebraba la Jornada de oración por las Vocaciones y las Vocaciones Nativas, que este año llevaba como lema «Di sí al sueño de Dios«, el Arzobispo se dirigió especialmente a los jóvenes que ese día recibían la plenitud del Espíritu Santo, para animarles a decir un «sí» bien firme a Dios en su vida y a las llamadas que Dios pudiera hacer, y a responder con confianza y generosidad, y sin miedo a lo que Dios nos pueda pedir.

Los jóvenes participaron cerca del altar junto al Sr. Arzobispo y los concelebrantes y siguieron con mucha atención la oración eucarística y la consagración con una actitud devota y de participación activa.

Al final de la Misa los jóvenes confirmados recibieron un Nuevo Testamento de manos del Sr. Arzobispo que cada uno de ellos besó en señal de respeto y estimación a la Palabra de Dios y como un compromiso que querían acoger a través de la Palabra la llamada que Dios les pudiera hacer en su vida. El Sr. Arzobispo quiso agradecer el trabajo del Rector y de los catequistas que les han acompañado en su preparación catequética, y pidió a los padrinos que les fueran puntales y soportes a lo largo de toda la vida.

Compartir