Confirmaciones en Menàrguens (Noguera)

El sábado 22 de junio el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives, visitó la Parroquia de Sta. María de Menàrguens, comprobó las necesidades del templo con su valioso retablo y administró el sacramento de la Confirmación a una joven de la Parroquia.

A su llegada fue recibido por la Ilma. Sra. Anna Maria Calvo Munsó, Alcaldesa de Menàrguens y por algunos Concejales del Consistorio a quien el Arzobispo felicitó por su reelección tras las últimas elecciones. La Alcaldesa informó Mons. Vives de las principales actuaciones realizadas en la iglesia parroquial, donde destaca su retablo de madera que preside el altar mayor, dedicado a San Vicente, que es una obra importante dentro del barroco.

A continuación tuvo lugar la Eucaristía solemne en la festividad litúrgica del Corpus Christi en la que la joven de Menàrguens Jasmina recibió el sacramento de la Confirmación. Fue presidida por el Arzobispo y concelebraron el Rector de la Parroquia, Mn. Josep M. Aresté, Mn. David Codina y el diácono adscrito que colabora pastoralmente, Mn. Antoni Baldomà.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric glosó el significado profundo de la fiesta del Corpus: Jesús nos da su presencia real a través de las especies sacramentales del pan y del vino que, por la acción sacramental del sacerdote, se convierten realmente en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. En este sentido animó a los fieles a tener una fe de niños ya que si Jesús lo puede todo y es el Todopoderoso y si Jesús no dice nunca mentiras, necesitamos confiar en su Palabra cuando nos dice que «Esto es mi Cuerpo entregado para vosotros. Esta es mi Sangre derramada por vosotros».

Animó a la joven que era confirmada a perseverar en el amor y la amistad con Jesús porque lo esencial es invisible a los ojos y por eso ese día ella recibía la plenitud del don del Espíritu Santo que ya le había sido conferido en el bautismo. Finalmente exhortó a los fieles a alimentarse del Cuerpo y la Sangre de Jesús en la Eucaristía dominical que para todo cristiano debe ser el centro de su vida espiritual.

Al final de la Misa la Parroquia regaló un pequeño recordatorio a la joven Jasmina y el Arzobispo le hizo obsequio de un Nuevo Testamento animándola que cada día pudiera leer un trocito para alimentar su fe.

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