Confirmaciones en La Pobla de Segur (Pallars Jussà)

El domingo 10 de octubre el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives administró el sacramento de la Confirmación a 12 chicas jóvenes de la Parroquia de la Virgen de Ribera de La Pobla de Segur (Pallars Jussà). Concelebraron con el Arzobispo el Rector, Mn. José Eliud Arias y Mn. David Codina.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric animó a las jóvenes confirmandos a seguir el ejemplo de Francisco de Asís, que deser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud pasó a vivir bajo la más estricta humildad y pobreza y en la observancia radical del Evangelio. Francisco de Asís después de haber visto el crucifijo de la capilla de San Damián sintió como éste le decía: «Francisco, ve y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas». Comenzó a reconstruir la capilla pero posteriormente se dio cuenta que la voz se refería a la Iglesia y no a la simple capilla. Entonces decidió vender sus mercancías y dar a los más pobres. Su padre se enojó por la actitud de su hijo y lo trató de loco. Le llevó ante el obispo a la ciudad de Asís, y entonces Francisco se despojó de todas sus vestimentas y las devolvió a su padre de la tierra, y proclamó que en adelante sólo Dios sería su verdadero Padre. Ante esto, el obispo lo abrazó y lo cubrió y acogió bajo su manto. Es así como, pobre del todo, fue radicalmente libre.

Mons. Vives animó a las jóvenes confirmandos a vivir la radicalidad de San Francisco en su vida como jóvenes siendo libres de riquezas, ostentación y esclavitudes y modos que atan el corazón y que impiden la verdadera libertad que hace feliz. Y remarcó cómo el Espíritu Santo que recibían en el día de su Confirmación las tenía que ayudar a vivir este desprendimiento y pobreza evangélica que el Evangelio proclamaba en el domingo de su Confirmación. Jesús dice al joven rico: «Aún te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después vuelve y ven conmigo«. El camino del desprendimiento y la solidaridad por amor a Cristo no es fácil, pero tenemos que confiar en la ayuda y la gracia de Dios porque «a los hombres les es imposible, pero a Dios no, porque Dios lo puede todo».

Al final de la Misa el Arzobispo regaló a las jóvenes un Nuevo Testamento pidiéndoles que fuera un libro importante en su vida como cristianas y les exhortó a colaborar con la parroquia y a perseverar en la fe recibida y en las obras de misericordia como la visita a los enfermos y ancianos.

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