El domingo de Pentecostés, día 20 de mayo, en la S.E. Catedral de Santa María de La Seu d’Urgell, el arzobispo de Urgell Joan-Enric presidió la solemne Eucaristía pascual en la que administró el sacramento de la confirmación a 36 jóvenes. Estaba acompañado por el Rector y Vicario general, Mn. Ignasi Navarri, por el encargado de Santa Magdalena Mn. Jordi Miquel, y por el sacerdote jesuita misionero P. Josep M. Feliu.
Un catedral llena de familiares y fieles acogió esta fiesta que culmina la Pascua del Señor, y el Arzobispo ya de buen inicio invitó a todos a disfrutar de la presencia viva y eficaz del Señor que da su Espíritu Santo como el Cenáculo fue enviado los apóstoles, reunidos en oración con la Virgen María, la Madre de la Iglesia.
En la homilía remarcó los rasgos de esta fiesta: la unidad de la Iglesia y la humanidad que el Espíritu regala como don; y la misión a la que envía la Iglesia, equipada con sus dones y carismas, para anunciar, vivir y testimoniar la salvación obrada por Jesús. Hizo notar como los apóstoles habían sido transformados, y de hombres miedosos y cerrados, salieron a la misión universal, enviados por el Espíritu. De cara a los jóvenes confirmandos les explicó que el Señor acababa hoy su iniciación cristiana, que los hacía más amigos suyos, y les prometía que nunca los abandonaría, sino que al contrario, serían siempre sus testimonios, que tendrían las fuerzas necesarias y la defensa que les hiciera falta para vivir el amor de Dios y luchar el combate de la fe.
Al final de la misa les regaló el Nuevo Testamento y les pidió que rezaran, que leyeran la Palabra de Dios, que les ayudaría mucho, y que en todas partes extendieran el perfume de las buenas obras.
