Confirmaciones en Encamp (Andorra)

El sábado 1 de junio el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, administró el sacramento de la Confirmación a 15 jóvenes de la Parroquia de Sta. Eulalia de Mérida de Encamp, y 1 de Canillo, y 1 de Escaldes-Engordany, en Encamp (Principado de Andorra).

A su llegada el Copríncipe Episcopal fue recibido por la Cónsul Menor de la Parroquia, Hble. Sra. Esther París Riba, y por el Vicario Episcopal y Rector de Encamp, Mn. Antoni Elvira, así como por el vicario parroquial, Mn. Emili Villegas.

En la fiesta litúrgica de la Ascensión del Señor, el Arzobispo Vives animó a los jóvenes confirmandos a tener su mirada fija en las cosas del cielo y en los bienes que perduran y que son lo que podríamos llamar los valores o virtudes auténticas que hemos aprendido en la familia, en la escuela, con los amigos y con las personas que nos quieren. La principal de todas, el don de la fe en el Señor Jesús. El Arzobispo advirtió a los jóvenes confirmandos del peligro que puede suponer vivir aislados en el mundo virtual de internet o de las redes sociales que puede convertirse en un peligro cuando nos cierra a la realidad y a los demás. En este sentido animó a los fieles a «romper con las burbujas» que nos pueden hacer caer en una actitud autorreferencial y de autocomplacencia que no tiene en cuenta a los demás, y en último término, a Dios.

Animó a los jóvenes a vivir con alegría la fiesta de la Ascensión porque Jesús que sube al cielo no nos deja solos sino que nos envía su Espíritu Santo que de manera misteriosa pero real nos acompaña a lo largo de la vida. En este sentido les exhortó a tener siempre presentes las palabras de San Pablo a los Romanos: «¿Quién será capaz de alejarnos del amor de Cristo, que tanto nos ama?». Jesús siempre nos ama y aunque seamos pecadores o no respondamos a su amor, Él siempre nos ama porque su Sagrado Corazón es todo de Dios y siempre lleno de misericordia.

Al final de la Misa los jóvenes confirmados recibieron un Nuevo Testamento de manos del Sr. Arzobispo y la Parroquia les regaló un pequeño paloma de madera de olivo hecho a Tierra Santa como signo de la paz. Mons. Vives animó a los jóvenes a amar y valorar siempre la Palabra de Dios y el Nuevo Testamento que ese día recibían y por el que muchas personas en nuestro mundo todavía hoy eran perseguidas por amor a este libro y en Jesús.

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