Confirmaciones en el Santuario-Basílica de la Virgen de Meritxell

El domingo 3 de junio, festividad litúrgica de la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe Episcopal de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives administró el sacramento de la Confirmación en el Santuario-Basílica de la Virgen de Meritxell a 22 jóvenes de la Parroquia de Canillo y de otras parroquias vecinas. A su llegada al Santuario de Meritxell Mons. Vives fue recibido por el Cónsul Menor de Canillo, Hble. Sr. David Palmitjavila y por el Rector de Canllo, Mn. Ramon Rossell.

En su homilía el Arzobispo animó a los jóvenes confirmandos a vivir con intensidad la fiesta litúrgica que procedía en aquel domingo en que recibían el sacramento de la confirmación: la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Mons. Vives animó a los jóvenes a amar siempre la Eucaristía, valorándola como lo más importante que Jesús nos dejó, ya que es presencia real de Él mismo bajo las especies del pan y del vino eucarístico. El Arzobispo remarcó cómo los jóvenes que se confirmaban cada día irían creciendo en libertad personal y como sus «elección» o opciones cada vez serían más personales: estudios, opciones de vida, pareja, etc. y cómo sus padres y abuelos les habían de acompañar en estas opciones y eliges orientándolos y dándoles consejos pero respetándolos y acompañándolos pacientemente. Animó a los jóvenes a elegir y optar siempre por Jesús en su vida y no renunciar nunca a la fe recibida. Por ello, en ese día que recibían la plenitud del Espíritu Santo por la unción con el Santo Crisma y la imposición de manos por parte del Sr. Arzobispo, Mons. Vives les animó a dejarse guiar siempre por el Espíritu Santo y por los consejos y acompañamiento de los demás, muy especialmente de sus padres y familiares, y de sus padrinos, que deberán ser siempre un referente para los jóvenes. Recordando la figura de St. Justino, mártir cristiano del siglo II, animó a los jóvenes a hacer como él y saber dar razón de su esperanza y ser unos buenos «apologetas», defensor públicos de la fe ante los ataques o el menosprecio de los enemigos. Y, finalmente, los animó a poner su corazón en las cosas más importantes de la vida que no es el dinero, la fama o el poder, y, los animó, en aquel domingo en que la Iglesia celebraba el día de la Caridad, a ser generosos, a saber dar cosas, pero, sobre todo, a saberse dar ellos mismos a los demás con generosidad y sin egoísmo.

Al final de la Eucaristía el Hble. Sr. Alcalde dirigió a los jóvenes confirmados unas palabras en nombre de la población agradeciéndoles su compromiso de fe y animándoles a ser participantes activos en la sociedad para transformarla y mejorarla y los entregó un pequeño obsequio de parte del común. El Arzobispo los regaló un Nuevo Testamento y el Rector de la Parroquia, un pequeño libro sobre la historia del Santuario-Basílica de la Virgen de Meritxell.

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Ante la imagen de la Virgen de Meritxell, Patrona del Principado de Andorra, los jóvenes se hicieron una fotografía de recuerdo, orando y agradeciendo a la Virgen el día gozoso en que habían recibido la plenitud del Espíritu Santo.

 
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