Confirmaciones en Artesa de Segre

El día 12 de marzo en la iglesia de la Asunción de Artesa de Segre, el Arzobispo de Urgell administró el sacramento de la Confirmación a 14 jóvenes de la Parroquia, y recibieron de sus manos la sagrada Eucaristía por primera vez 9 jóvenes, algunos que también se confirmaban. Concelebraron la misa con él, el Vicario general Mn. Josep M. Mauri, el Rector Mn. Antoni Ballester y Mn. Antoni Pich, párroco de los pueblos vecinos. En ella participaron activamente las catequistas, los padres y un grupo musical de jóvenes. Ya desde el inicio de la celebración el Arzobispo Joan Enric pidió que rezásemos unidos por la paz en Ucrania, para que cesen los combates y las atrocidades de esta injusta guerra, y nos dispusiéramos a ayunar y a compartir nuestros bienes con los refugiados que llegan al Obispado y a toda Europa. La asamblea de fieles que llenaba el templo parroquial se unió con silencio fervoroso y oración ardiente de intercesión.

En su homilía el Arzobispo se centró en el Evangelio de la Transfiguración que se lee tradicionalmente en el segundo domingo de Cuaresma. Buscar conocer más y más a la Persona de Jesús, el Elegido, que es el Hijo de Dios al que debemos escuchar y debemos amar y seguir. Les dió cuenta con ejemplos de que no podemos quedarnos nunca en la superficie. El conocimiento real es el que va a fondo sobre las personas y el misterio que en cada una ha escondido. Tratar de transfigurar nuestra mirada sobre Dios, sobre uno mismo, sobre los demás y sobre la misma belleza de la naturaleza. Animó a los jóvenes confirmandos a esforzarse por crecer siempre no en las cosas materiales, que pasan, sino en la belleza interior, la amistad con Jesús y el compromiso de serle siempre fieles.

También tuvo unas palabras en diálogo con los jóvenes para que amaran la oración y la santa misa, que cuidaran su crecimiento espiritual, y animaran a los padres y padrinos. Y a los adultos les agradeció el trabajo realizado en la familia y a la parroquia por querer a los niños. Que no valoraran sólo los estudios o el crecimiento sano, sino los valores y virtudes que van adquiriendo, y que los comprendieran y dialogaran con misericordia por los errores que pudieran darse. Así imitarán al Padre de la misericordia, que nunca se cansa de perdonar y de espolear al crecimiento de sus hijos, hasta que con unos ojos más grandes, contemplaremos la faz inmensa de Dios, cintando al poeta Joan Maragall.

La parroquia regaló al final de la misa un bonito diploma a los jóvenes, y el Arzobispo les ofreció el Nuevo Testamento, pidiéndoles que lo leyeran para hacérselo suyo. La persona de Jesús nunca decepciona a nadie, siempre nos acompaña.

La comunidad cristiana vivió una gozosa fiesta que nos ayuda mucho en estos momentos de crisis sanitaria y de crisis de paz. El Arzobispo animó a todos los fieles a implorar la paz y la protección de las familias a la Virgen de Salgar tan querida en la comarca.

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