Confirmaciones en Agramunt

El domingo 2 de junio, fiesta litúrgica de la Ascensión del Señor, el Arzobispo de Urgell administró el sacramento de la Confirmación a 20 jóvenes y 3 adultos de la Parroquia de la Virgen Asunta de Agramunt. Concelebró con el Arzobispo el Rector, Mn. José Uriel Álvarez Bedoya y Mn. Ferran Solé, presbítero adscrito a la Parroquia. Antes de la celebración pudo encontrarse con las dos comunidades religiosas de la Villa, las Concepcionistas y las Hijas de Cristo Rey.

Al inicio, el Arzobispo pidió unirse en comunión con el Santo Padre Francisco en su viaje a Rumanía. Y en su homilía destacó cómo la Ascensión significa la Gloria de Jesús que, después de su vida terrenal, hoy lo contemplamos glorificado: Jesús es Dios. La Ascensión no significa que Jesús nos haya abandonado sino que siempre nos acompaña: por el Bautismo y por la Confirmación nos hemos incorporado a Jesús y nada nos puede separar de Él. Es nuestro Señor, el Buen Pastor, que estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Mons. Vives animó a los fieles a saber mirar hacia arriba, recordando lo que el sacerdote dice en la Misa: «levantemos el corazón, sursum corda«. Es decir: tener durante nuestro día a día al Señor Jesús presente en nuestra vida cotidiana y en nuestras actividades ordinarias. Cristo que nos conoce, a pesar de nuestros pecados y limitaciones, hará que podamos estar unidos a Él. Así nos lo dijo: «voy al Padre pero volveré a vosotros. No os dejaré huérfanos». Esto nos debe llenar de alegría. Dios puede ofrecer su gracia de forma impetuosa, como lo hizo con el Apóstol San Pablo en su conversión, pero muchas veces el Espíritu Santo derrama su gracia «gota a gota» cada día. Mons. Vives animó a los confirmandos a dejarse regar cada día gota a gota por el Espíritu Santo, para que la gracia divina inunde su corazón y los empape: a través de la oración diaria, la participación dominical en la Eucaristía, a recibir a menudo el sacramento del perdón, leer la Biblia, ser solidarios con los pobres, etc. Finalmente exhortó a los confirmados a ser coherentes a vivir la fe cristiana para ser testimonios de Jesús.

Al final de la celebración el Arzobispo regaló a los jóvenes un Nuevo Testamento que cada confirmado besó como signo de estimación a la Palabra de Dios. A continuación los confirmados pasaron a venerar la imagen de la Virgen del Socorro con devoción, en su capilla de la iglesia parroquial.

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